La modelo de PlayBoy que gana dinero cazando hombres infieles; su estrategia es debatible
- Fue hallada muerta Tabby Brown, modelo británica y exnovia del futbolista Mario Balotelli
- Viviana Castrillón habló con Lo Sé Todo sobre su victoria ante el cáncer
Para muchas una genio, pero para otros un fraude, lo cierto es que es la hermosa modelo Carolina Lekker está monetizando su belleza, al ganar dinero cazando hombres infieles.
Esta mujer y quien logró ser portada de una de las revistas más famosas del mundo, PlayBoy, para su edición de África, ha montado todo un negocio con los hombres que no le son leales a sus parejas.
“Si el hombre no cae, devuelvo el dinero”, ese es el lema de Carolina Lekker, quien ha sido toda una sensación en redes sociales y su fama ya llega a varios países.
En una entrevista para el medio británico, ‘Daily Star’, la modelo aseguró que su estrategia consiste en que luego de cuadrar con la mujer que sospecha de su pareja, lo contacta por Instagram para seducirlo y ver él hasta donde llega.
“Me comunico con ellos primero en Instagram y espero a que respondan. Sigo conversando hasta que la conversación se pone más candente”, explica la también ‘influencer’.
Carolina Lekker tiene más de 500 mil seguidores en su cuenta de Instagram, red social en la que presume su belleza y en el que resalta su cuerpo, pues debe ser todo un gancho para los hombres.
Esta modelo asegura ser muy profesional con este rol de caza-infieles, pues dice que su trabajo llega hasta cuando concreta una cita con el hombre. Adjunta las pruebas y cobra.
Esta mujer está radicada en Barcelona, España lugar en donde ha ganado miles de euros con este negocio y con el piensa seguir.
De acuerdo con lo expuesto por Carolina, el dinero que obtiene de este trabajo será utilizado para hacerse más cirugías estéticas, ya que quiere “tener el cuerpo más caro de Instagram”.
En la charla con este medio, la modelo PlayBoy dijo que ya se había hecho cuatro rinoplastias de nariz, a una liposucción, a inyecciones en los glúteos y a una armonización facial. «Es un dolor diferente, pero merece la pena”, añade Carolina Lekker.