Azerbaiyán, la otra cara de la guerra con Armenia por Karabaj
En esta oportunidad, contaremos la versión de Azerbaiyán frente a la barbarie en el territorio que ha mantenido, por más de 30 años, enfrentadas a estas dos naciones.
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Treinta y siete años después de la ocupación de Armenia en Karabaj, las secuelas persisten en Azerbaiyán. Ciudades como Agdam, Füzuli, Zangilan y Shusha, que alguna vez florecieron, quedaron devastadas. Aunque en 2020, Azerbaiyán recuperó estos territorios, la reconstrucción es un proceso en marcha.
En Agdam, una vez próspera con 28,000 habitantes, hoy yace en ruinas, una ciudad fantasma. No obstante, se trabaja arduamente en una autopista que la conectará con pueblos cercanos, transformándola en una “ciudad inteligente” para 2026. Sin embargo, las minas de guerra aún son un peligro presente.
Según la Agencia de Desminado de Azerbaiyán, se han despejado 89,779 hectáreas de minas, pero más de 50,000 aún deben limpiarse. Las víctimas superan las 3,000. Para este esfuerzo, se emplean 2,000 especialistas y se utilizan drones, perros y hasta ratas.
En Füzuli, se erige un moderno aeropuerto, simbolizando la reconstrucción. En Zangilan, las familias regresan gracias a las garantías brindadas por el gobierno. Shusha, capital cultural de Azerbaiyán, muestra signos de progreso tras su liberación.
En Bakú, Hikmet Hajiyev, asistente de la Presidencia de Azerbaiyán, habló sobre la situación actual con Armenia. Señaló que los derechos de los armenios en Karabaj están garantizados por la constitución de Azerbaiyán. El ejército ruso vigila las fronteras para mantener la paz.
Azerbaiyán busca mantener la paz y desmiente las acusaciones de Armenia como un intento de sembrar odio. La reconstrucción continúa, y el país espera un futuro de progreso y convivencia en Karabaj.