Uno | El mal momento del Santa Fe tiene responsables

Siempre he creído que ser santafereño es toda una filosofía, una manera de ser y, por supuesto, es el acompañamiento a un equipo de fútbol que reúne lo mejor de la vida: la existencia, el trabajo, la lucha, la perseverancia, el sacrificio…

En la historia del Santa Fe, desgraciadamente, los días actuales no son buenos; son fatales. Admirable la devoción con la que su presidente, Juan Andrés Carreño, dirige el club, pero terribles sus decisiones: la contratación de Guillermo Sanguinetti, cuya pobreza la demostró en los pocos meses que dirigió al Cúcuta, fue fatal. Y ni hablar de jugadores como Seijas, totalmente marchitado, como se le advirtió a Carreño. Y remiendos, no refuerzos, como Guastavino y Guichón… o Aguirre y Burbano, que ni jugaron. Carmelo o Arley Rodríguez no tenían capacidad para ser titulares de ningún buen equipo. Remiendos… y malos remiendos. Es la primera vez en los últimos siete años en que Santa Fe no clasifica a nada: perdió la Libertadores, perdió la Sudamericana, perdió la Copa Colombia y perdió las dos ligas.

El fútbol tiene lógica, mucha lógica… La regla está dada por la prevalencia de los mejores, los más dotados. Nadie pierde por jugar bien, aun cuando haya casos en que se pierde, a pesar de haber jugado bien, ¡pero no se gana por prescindir de la consigna de jugar bien!

Ojala el amor que Carreño tiene por Santa Fe y sus conocimientos del buen fútbol lo conduzcan a actuar en consecuencia.