Pérdida de audición, vértigo, mareo, entre otras consecuencias del COVID-19
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Según avanza la pandemia, también se van descubriendo nuevos síntomas y consecuencias del coronavirus.
A la larga lista existente de dolencias, que incluye pérdida de audición, se le unen dos secuelas que experimentan algunos pacientes infectados con Covid-19: vértigo y mareo.
Existen estudios que demuestran la prevalencia del vértigo en el 7% de la población mundial.
Entidades especializadas en vértigo hacen un llamado sobre el aumento de consulta y su preocupación por la falta de un acertado manejo en aquellos pacientes que presentan estas secuelas.
Colombia está a la vanguardia en el uso de la más avanzada tecnología médica y en varias ciudades del país, se ofrece ya la posturografía como terapia de diagnóstico y rehabilitación en casos de control del equilibrio, mareo y vértigo.
Estos síntomas se presentan generalmente, después de golpes en la cabeza, cirugía de oído, enfermedades neurológicas y en pacientes con complicaciones del COVID-19.
Oswaldo Méndez, ingeniero biomédico de Bioauris en Bogotá, explica que “la posturografía fue desarrollada por médicos y científicos de la Nasa y cuenta con una validación real en más de 40 mil pacientes en todo el mundo”.
La función de la posturografía, consiste en medir el balanceo del cuerpo en diferentes situaciones.
Este balanceo es la oscilación de nuestro centro de gravedad hacia adelante y hacia detrás, así como de lado a lado.
Una persona sin alteraciones en su sistema del equilibrio es capaz de mantener su centro de gravedad estable dentro de la base de sustentación sin sobrepasar los límites y por tanto evitar caerse.
También permite evaluar el control motor voluntario e involuntario del cuerpo y distribución del peso en diferentes posiciones.
Actualmente, la posturografía se emplea en áreas de: salud, deporte, campo militar y laboral.
El posturógrafo es una tecnología médica de fácil manejo e indoloro para el paciente.
La posturografía es bien conocida y aplicada desde hace varios años en países de Europa y Estados Unidos.
En Latinoamérica, se emplea con mucho éxito en Brasil, Chile, México, Argentina.
En Colombia ya se cuenta con esa tecnología con cinco posturógrafos en las ciudades de Barranquilla, Pereira, Cali, Medellín y Bogotá.