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Top Secret

Top Secret febrero 21 de 2016

Un niño que nunca había salido de La Hormiga, Putumayo, llegó hasta la puerta del despacho presidencial.

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Top Secret febrero 21 de 2016


De unos cargos oficiales a otros

El controvertido expresidente de la Corte Suprema Leonidas Bustos y su amigo y aliado, el fiscal Eduardo Montealegre, terminan coincidencialmente sus periodos de ocho y cuatro años, al mismo tiempo: el 30 de marzo próximo, es decir dentro de 38 días.

Se supo públicamente que el Fiscal será el nuevo embajador de Colombia en Alemania. Montealegre tiene planes de asumir su nuevo cargo uno o dos meses después de dejar la Fiscalía. En cuanto a Bustos, que se ganó la enemistad de sus colegas de la Corte porque ellos consideraron que había un excesivo apoyo del Magistrado al gobierno Santos, se rumora que él aspira a ser Ministro de Justicia en caso de que el actual titular, Yesid Reyes, entre al grupo de candidatos a ser nuevo Fiscal, en la terna que elabore el Presidente.

Si no resulta su plan A, el plan B de Bustos es el de ser nombrado como embajador en un país aún no determinado, de Europa del Este. Si lo logra, volvería a ser aliado de Montealegre pero en la diplomacia de ese continente. Una tercera beneficiaria de estos movimientos oficiales sería la exprimera dama de la Corte Suprema y esposa de Bustos, Cristina Pineda, quien dejaría su puesto en la Procuraduría para cumplir el papel de fiel compañera del señor embajador pero eso sí, sacrificando el catamarán de Cartagena.

Con esos amigos…

Esta semana un juez le dio validez legal al preacuerdo de la Fiscalía con Víctor Pacheco, el abogado de Fidupetrol que denunció al magistrado Jorge Pretelt por pedirle 500 millones de pesos a cambio de influir ante sus colegas de la Corte Constitucional para que fallaran una tutela a favor de esa empresa.

En el que ya se constituyó en acuerdo judicial, se establece que el abogado Pacheco será condenado a la mitad de lo establecido en el Código para ese delito, por haber aceptado que quiso torcer un fallo de tutela aprovechando su amistad con Jorge Pretelt y con el magistrado Alberto Rojas Ríos.

Y mientras el proceso por la presunta coima que pidió el magistrado Pretelt se convierte en verdad judicial en los estrados colombianos, el militante uribista Ernesto Yamhure proclama la supuesta inocencia del protagonista del escándalo, Jorge Pretelt, en un libro, a pesar de que la Cámara de Representantes lo acusó ante el Senado. Yamhure fue columnista de El Espectador pero fue expulsado del periódico cuando se descubrió que consultaba sus comentarios periodísticos con el jefe paramilitar Carlos Castaño. Con esa defensa, casi que no hace falta la acusación a Pretelt que el Senado podría votar muy pronto.

La historia de Jair

El niño que tan familiarmente habla con la primera dama en su despacho de la Casa de Nariño, se llama Jair y nunca había salido de la población de La Hormiga, Putumayo, en donde vivía con su mamá adoptiva hasta la semana pasada.

Aunque el 99% de los colombianos no lograría entrar al palacio presidencial, Jair lo consiguió por un golpe de suerte, cuando el jefe de Estado visitó el Putumayo, hace poco más de un mes.

Jair estaba muy decepcionado porque no pudo entrar al sitio designado para la visita presidencial. Entonces le pidió a nuestra reportera Johana Fuentes grabar un saludo para Santos en su celular.

Y enviárselo a la cuenta de Twitter del presidente. La periodista cumplió su misión. Santos vio la imagen de Jair, escuchó su saludo y decidió invitarlo a Bogotá para que le hiciera una visita.

Jair, emocionado con la figura que solo había visto por televisión, rompió el protocolo sin pedir permiso, para abrazar al mandatario tan emocionado que lloró. Santos, acostumbrado a la distancia bogotana, no atinaba sino a corresponder el abrazo y a sonreir.

Y después de un recorrido por el Palacio en que se convirtió él mismo en la figura central que querían saludar hasta el Alto Consejero de Paz, el Ministro del Postconflicto y el delegado de Naciones Unidas, se despidió en el patio exterior de varios funcionarios y de nuestra reportera, no sin antes tomarse un selfie con todos ellos.




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