Los datos abiertos en el sector financiero necesitan de un consumidor empoderado
En el camino de la vida, al enfrentar decisiones cruciales, solemos enfocarnos en las recompensas, las ganancias que estas elecciones nos prometen. Sin embargo, rara vez dedicamos tiempo a considerar los costos asociados con esos triunfos o logros. Todo tiene un precio o implica una responsabilidad adicional, sin la cual no podemos saborear plenamente los beneficios proyectados. Esta misma lógica se aplica al discutir los datos abiertos en el sector financiero.
Desde el 2022, la Superintendencia Financiera ha estado trabajando para materializar un plan que convierta la banca abierta en una realidad en nuestro país. Este esfuerzo busca expandir y profundizar el mercado financiero, impulsando el desarrollo económico y la inclusión financiera en nuestra región. Se ha trazado una hoja de ruta que ofrece protocolos y estándares para compartir datos personales entre usuarios, entidades financieras y terceros, en una dinámica que promueva la competencia, la innovación y el acceso equitativo a servicios financieros personalizados.
Esta iniciativa implica múltiples desafíos desde la perspectiva de estandarización de formatos, comparación de productos financieros, portabilidad, infraestructura tecnológica. Sin embargo, en esta narrativa, el usuario ocupa un lugar central. Es uno de los principales beneficiarios de esta apertura e intercambio de información. Con un mercado más competitivo, se ofrecen productos y servicios cada vez más innovadores, adaptados a las necesidades reales de las personas.
Imagine a cada individuo cargando una mochila que contiene todos sus datos financieros, historiales y detalles personales. Esta mochila puede abrirse y compartirse con las entidades cuando sea necesario solicitar servicios. Este poder, aunque maravilloso, viene acompañado de una responsabilidad significativa, no solo por parte de las compañías, sino por parte de los usuarios.
Por lo tanto, es fundamental profundizar en la educación y el empoderamiento de las personas cuando se les solicita información a través de plataformas digitales. Es esencial comprender quién la solicita y a quién le estoy entregando mi información, con qué propósito y qué tipo de datos se necesitan antes de otorgar el consentimiento. Además, debemos hacer que las interfaces y mensajes sean más amigables, brindando a los usuarios la información necesaria para tomar decisiones informadas sobre sus datos personales.
El desafío de las finanzas abiertas radica en hacer que este proceso sea accesible para todos, especialmente para aquellos vinculados a la economía no formal. Es esencial crear canales que empoderen a estas personas y fomenten la inclusión financiera.
A pesar de las leyes de habeas data y protección de datos personales, que son pilares importantes en nuestra legislación local, es necesario encontrar un equilibrio entre los controles de la regulación y las alternativas de uso de los datos. La sobreprotección puede limitar la oferta de servicios inclusivos. Por lo tanto, debemos mantener una medida justa en todas las acciones.
En Nequi, nuestro objetivo es promover la inclusión financiera y mejorar la relación de las personas con la plata. Apoyamos la banca abierta, que busca eliminar barreras y proporcionar más información y herramientas a los usuarios para tomar decisiones financieras informadas. Estamos comprometidos y apoyamos el paso a los datos abiertos (open data), estamos dispuestos a ampliar nuestra oferta en el establecimiento del marco regulatorio de estos en el país y aplaudimos que ya varias entidades del Estado han empezado a trabajar para que la información de otras industrias enriquezca los datos para profundizar el crédito. Además, nos enfocamos en la educación financiera, proporcionando información pedagógica para empoderar a los usuarios y ayudarles a protegerse y tomar decisiones más sólidas. Desde nuestro frente nos comprometemos con el manejo ético y responsable de su información.
Pero en un mundo donde las condiciones del mercado financiero evolucionan constantemente, los usuarios deben evolucionar a la par de estas tendencias. Mayores beneficios y alternativas también traen consigo mayores riesgos y responsabilidades. Es fundamental cambiar el mindset de los colombianos al momento de relacionarse con la banca, hacerles entender que muchas veces cuando una app le pide sus datos, o recolecta información, hay detrás un interés genuino en ofrecerle una mejor experiencia y servicios.
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