El Padre que Nunca Perdió la Esperanza: Manuel Ranoque
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En medio de la tragedia y la incertidumbre, Manuel Ranoque, padre de los niños perdidos en la selva del Guaviare, se mantuvo firme en su convicción de que sus hijos saldrían de esa selva sanos y salvos. El pasado 24 de mayo, sus palabras resonaron en todo el país y despertaron la esperanza de una nación entera. Sus dos hijos y sus dos hijastras, todos menores de edad, eran los protagonistas de una historia que mantenía en vilo a toda Colombia.
Hace tres semanas, la aeronave en la que viajaban desde Araracuara hasta San José del Guaviare desapareció de los radares sin dejar rastro alguno. Las autoridades desplegaron escuadrones de búsqueda en una carrera contrarreloj. Finalmente, el 16 de mayo, la Aeronáutica reportó el hallazgo de la avioneta, una Cessna 206, en la selva amazónica, junto a los cuerpos de tres personas: Magdalena Mucutuy, la madre de los niños; el piloto y otro pasajero. Sin embargo, esto significaba que Lesly, de 13 años; Soleiny, de nueve; Tien, de cuatro; y Cristin, tan solo con 11 meses, aún podían estar con vida.
Manuel no había visto a sus hijos desde principios de abril, cuando tuvo que abandonar precipitadamente su hogar en Araracuara debido a las amenazas de las disidencias de las FARC. No tuvo la oportunidad de despedirse de ellos. El viaje en avión de Magdalena y los niños a San José del Guaviare era solo una parada antes de reunirse nuevamente en Villavicencio. Sin embargo, un fallo en el motor de la aeronave hizo que el piloto perdiera el control, truncando el anhelado encuentro familiar.
Tan pronto como se conoció el accidente, Manuel asumió el liderazgo y exigió a Avianline Charters S.A.S, la compañía propietaria de la aeronave, que emprendiera la búsqueda de los restos de la Cessna y de sus hijos. “Me ofrezco como voluntario para ayudar a encontrar la avioneta, conozco bien la selva”, declaró a El País de Cali. Los medios de comunicación le dieron voz y, además de su disposición para colaborar en la búsqueda, reveló su conexión personal con la selva, donde ya había enfrentado otro drama familiar similar. “Ya he pasado por esto en varias ocasiones. Tuve una hermana desaparecida durante casi un mes y luché hasta encontrarla, porque ella es muda y especial. Y ella regresó. Entonces, pienso que en este momento, el esfuerzo no se perderá”, enfatizó en un medio de comunicación.
Había indicios de que los niños seguían con vida. El Ejército encontró restos de alimentos cerca del lugar del accidente, así como huellas, refugios improvisados y hasta el biberón de un bebé. Estos hallazgos mantuvieron la esperanza encendida en el corazón de Manuel y en el de toda una nación que se unió en oración y solidaridad. Actualmente, los niños ya fueron rescatados por el ejército nacional