“Esto es vida”: el propósito está en todos lados

La semana pasada fui invitada por Connect, una de las redes de innovación más importante de América Latina, a la ruta de la innovación en Barranquilla y Cartagena. La ruta tenía contemplada la visita a varias empresas de la región para conocer sus modelos de innovación y aquellos programas que los llenan de orgullo.

Visitamos Promigas, MacondoLab, Alianza Team, Ecopetrol y Esenttia. Aunque la empresa donde trabajo Colgas no era anfitrión, no podía dejar de pensar en todas aquellas personas emprendedoras del país que están a nuestro alrededor y a las cuales nosotros también aportamos. Más allá de la innovación, mi ruta fue un poco más espiritual si queremos llamarlo de alguna manera, mientras teníamos las reuniones y escuchaba a las personas hablar e interactuar, yo me comprometí con gozarme la experiencia. Pensaba en ¿Qué nos mueve a hacer lo que hacemos?, ¿Qué nos puso a los que nos subimos a ese avión en el mismo camino?, ¿Qué hace tan especial el trabajo que hacemos? Y finamente cuando me encontraba en la primera silla del bus comiendo mango biche con sal que me invitaron a compartir el conductor y su acompañante para distraer mi miedo a viajar por tierra, recordé las palabras de estas hermosas mujeres del Barrio Abajo y confirmé una vez más que aquello que nos mueve es el propósito, esa energía que nos permite saber que estamos en el lugar correcto no por lo grande o importante que sea nuestro cargo, sino por el impacto que estamos teniendo en nosotros mismos y en las personas que nos rodean.

Otra de las chicas del programa describía el Barrio Abajo como un museo a cielo abierto donde todos se benefician. Ella llegó allí cocinando sin saber técnicas para cocinar, hablando sin saber muy bien cómo hablar, y hoy después de un año no solo cocina con técnica, sino que además imparte talleres para que otras como ella puedan comprar la casa de sus sueños y esos electrodomésticos que siempre han querido. Escucharlas no solo llega al alma, sino que nos hace compartir la esencia de lo que buscamos, ser dueños de nuestro propio futuro, llenos de alegría y esperanza.

Si nos regresamos un poco en el tiempo, en los años 70, por ejemplo, veíamos cómo florecía una nueva cultura corporativa obsesionada con las ganancias y los lujos. Hoy, 50 años después, nos enfrentamos a la inteligencia artificial, el trabajo remoto, la tecnología. Y aunque parezca loco, más que nunca, estamos buscando ese propósito, uno que nos permita ser felices, uno que pase del trabajo a la vida personal y de la vida personal al trabajo. Ya no pensamos que al trabajo no hay que llevar los problemas, pensamos que los llevaremos y que nos servirán como impulso para salir adelante, para crecer, para mejorar, para lograr eso que anhelamos. Y vemos cómo lentamente el concepto de felicidad va cambiando. Entonces, ¿Qué nos mueve hoy? ¿Qué nos motiva a caminar nuestras vidas? ¿Cómo estamos conectados a nuestro propio lugar en este mundo?

Hoy más que nunca, muchas empresas están reconociendo la importancia del propósito personal y están buscando formas de ayudar a sus colaboradores a encontrar significado y propósito en el trabajo. Por ejemplo, algunas están ofreciendo programas de mentoría, oportunidades de voluntariado y proyectos de responsabilidad social corporativa para ayudar a los empleados a conectarse con un propósito superior, y esto no ocurre porque piensen que está de moda o porque sea una tendencia; ocurre porque muchas personas están perdiendo el miedo a renunciar, a salir de un espacio seguro y conocido a un lugar donde la única certeza que tienen es que allí quieren estar; con la consciencia de que nadie les garantiza que pueda salir bien o mal, pero quieren hacerlo porque el propósito los mueve hacia adelante y los impulsa.

*Las opiniones expresadas en las columnas son responsabilidad exclusiva de los autores, y no representan el punto de vista ni la posición del Canal 1.