“Me da rabia”: Salomé, la hija de James, reveló lo que no le gusta de vivir en EE.UU.

La reconocida empresaria e innfluenciadora colombiana Daniela Ospina ha construido una sólida vida familiar en Estados Unidos junto a su esposo, Gabriel Coronel. Allí, ha asumido importantes decisiones en la crianza de sus hijos, especialmente de su primogénita, Salomé, fruto de su relación con el futbolista James Rodríguez.

A pesar de haberse adaptado a muchas de las costumbres de su nuevo hogar, Salomé ha compartido algunas dificultades que enfrenta al vivir en Estados Unidos. Una de las cosas que más le molestan es que muchas personas tienen dificultades para pronunciar su nombre correctamente.

“Me da rabia y me da pena”, confesó en una transmisión en vivo en Instagram, explicando que a menudo la llaman “Salami” o “Salom”. Este detalle, que parece menor para algunos, representa un desafío para la niña, quien extraña la familiaridad de su cultura y su lengua materna.

Además del idioma, la educación ha sido otro aspecto de ajuste en su vida. Recientemente, su madre tomó la decisión de cambiarla de un colegio tradicional a un modelo de enseñanza virtual, buscando adaptarse mejor a sus necesidades y bienestar emocional. Aunque esta transición ha traído beneficios, también ha significado un cambio en su dinámica social.

El voleibol se ha convertido en un refugio para Salomé, ayudándola a manejar la ansiedad y el estrés que a veces surgen por vivir lejos de su país natal. Siguiendo los pasos de su madre, quien también practicó este deporte en su juventud, ha encontrado en esta disciplina una herramienta para fortalecer su carácter y desarrollar habilidades como el trabajo en equipo y el liderazgo.

Durante la misma transmisión en vivo, Salomé respondió preguntas sobre su posible futuro en la Selección Colombia de voleibol. Aunque no descartó la idea, aseguró que aún no tiene una decisión clara sobre su camino profesional. Sin embargo, su madre ha enfatizado en varias ocasiones cómo el deporte ha sido clave para ayudarla a sobrellevar las dificultades de la adaptación a un nuevo entorno.

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Daniela Ospina ha compartido en múltiples ocasiones cómo el voleibol ha permitido a su hija canalizar emociones y enfrentar la frustración.

“Cada torneo está lleno de aprendizajes, muchos de ustedes me escribieron muchas cositas con el tema de los hijos. En especial con Salo el voley le ha ayudado a encontrarse y manejar la frustración en los momentos de angustia”, expresó en una publicación reciente.

La empresaria también ha hablado sobre la personalidad competitiva de Salomé y los retos que esto conlleva, especialmente en un país donde aún se siente diferente.

“La importancia sobre todo de canalizar cada sentimiento y no satanizar simplemente entender que se puede sentir, pero que debemos siempre buscarle una solución porque no es sano. Siempre antes de empezar los partidos le habló del compromiso con ella y el trabajo en equipo, de cómo ser una buena líder y sobre todo sonreír y disfrutar”, compartió en sus redes.