Tres | Santa Fe acaba de realizar la peor campaña de sus 75 años de existencia… ¡y con razón!
- Uno | Frenados, y en seco, varios nombramientos en entidades del sector agropecuario
- Dos | Trump y Kamala imponen récords en la historia de carrera electoral de EE. UU
Santa Fe es hoy el resumen de cómo no se deben hacer las cosas en el fútbol.
No ganó un solo partido como local, ni uno. De los 20 juegos del torneo, solo ganó un encuentro… y fue como visitante. Semejante negación de resultados tiene explicaciones: Santa Fe vendió o cedió a Morelo, a Gordillo, a Orrego, a Tesillo, a Borja, a Balanta, a Kevin Salazar… ¡Siete jugadores! ¡Siete! Y contrató pseudojugadores como Cardona y como Ramírez, que nunca jugaron; como Guastavino, que fue una vergüenza; como Torijano, que fue fantasmal; como Arango, de tragos y accidentes; como Seijas, sin fútbol y totalmente descartado por equipos del exterior; como Carmelo Valencia, de 35 años y alejado del gol; como Brayan Perea, que llevaba dos años sin jugar en Italia. Se recontrató como gran salvador a Ómar Pérez, cuya gloria fue pasada… Y se recogió a Arley Rodríguez, descartado por Nacional, por su desastroso desempeño. Se contrató a un volante de marca de 38 años y mil faltas, el señor Andrés Pérez, y al correlón Burbano, que no hizo un gol. Y vino Betancourt, otro uruguayo, que fue un fracaso; y también llegó Facundo Guichón, a quien ni siquiera lo convocan de suplente. Y llegaron tres arqueros, ante el infortunio de Castellanos, de Zapata y de Solís: Duque, de Fortaleza, que no jugó; Martínez, de Patriotas, que tampoco; y Banguera, del Huila, que fue uno de los culpables de la tragedia. Y para rematar, todos dirigidos por un técnico improvisado que jamás fue técnico y cuya fama era solo de patadura en Millonarios, con récord de expulsiones. Con semejante catástrofe de nómina, ¿cómo se pretendía que este pseudoequipo de retazos pudiera obtener un lugar diferente al último?
Es verdad que el fútbol es un juego, pero es el trabajo, es la fuerza, es la unión, es la lucha, es la pasión, es la entrega, es la batalla, es el amor… Ese es el Santa Fe que añoramos y necesitamos para volver a amar.