“Mi aya es negra y la beso y abrazo”: Shirley Berrio

Shirley Berrío, la mujer que soltó una perorata racista contra un taxista de Cartagena, dice que ella no odia a los afro descendientes, porque inclusive tiene una empleada del servicio negra a la que llama aya, como solía decírseles en la época de la esclavitud. Qué Tal Esto.

La señorita dijo que le quería meter la mano a un taxista porque supuestamente él le rayó el carro.

Y el taxista dijo que ella fue la culpable. El transportador grabó a la “encrespada” señorita y al rosario de palabrejas que le lanzó.

Y en su retahíla le dio estatus de “mala palabra” al vocablo “negro”.

El policía quedó petrificado y el taxista también.

En 2 minutos 20 segundos, la señorita tuvo la capacidad de decirle 9 veces “negro” acompañado de otros reconocidos vulgarismos.

Después de 100 visitas a este video en las redes sociales, Shirley aclaró que no fue una reacción racista sino un tema exclusivamente cromático.

El taxista dice que después de recibir tremenda gama de improperios, quedó nervioso.

“Yo quiero pedir a la justicia, yo no quiero disculpas porque así como ella me trató a mí, me siento mal, ya mismo siento miedo hasta de trabajar, ya no quiero. Porque no sé cómo pueda actuar ella con eso”, afirmó el taxista Ever García.

La historia causó indignación en representantes de la afrocolombianidad.

Y le recordó a la molesta señorita que según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística Dane, el censo del 2005 arrojó

“Básicamente se podría determinar que aquí hay un caso de violación de la Ley 1482 de 2011 la cual determina que la discriminación como esto es una acto penal que puede llevar a la persona a la cárcel”, indicó Edwin Salcedo, asesor del Ministerio del Interior.

Y posiblemente otras faltas porque también le hizo entender al taxista que era tonto.

La señorita insistió que cómo será que no es racista, que hasta tiene una empleada de servicio afro.

“Yo no tengo nada en contra de ellos, nos besamos, nos abrazamos, mi aya es negra y la beso y abrazo”, contó Shirley Berrio, la señorita del video.

Después de la entrevista en la que además se disculpó con las personas que pudieron sentirse afectadas por sus palabras, la cámara se quedó prendida y registró que Shirley también se ha sentido discriminada.

Shirley explicó además que su reacción fue producto de rabia repentina y de un momento en el que no pensó.