Del mito de la rivalidad femenina, al poder
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Durante años las mujeres hemos tenido que atravesar diferentes retos para sobresalir en una sociedad que, por mucho tiempo ha sido patriarcal. La exclusión para acceder a cargos altos, la desigualdad del salario, la discriminación laboral por embarazos y la actual prohibición de educación y exclusión sistémica a la vida pública de mujeres y niñas en Afganistán, son muestras de ello.
Ahora, si nos centramos en el ecosistema de las startups donde un 95 % está liderado por el sexo opuesto, puede representar un reto para nuestro género incluso antes de iniciar. La poca oportunidad para comunicar las ideas en un entorno mayormente masculino es una barrera que no ha sido fácil desdibujar.
He aquí donde nuestra capacidad de resiliencia, liderazgo y sentido de pertenencia nos han hecho poco a poco brillar en escenarios arduos donde antes no se pensaba podíamos llegar, siendo el apoyo entre nosotras mismas la pieza clave para crear una comunidad femenina dentro de todo un ecosistema económico y empresarial.
La experiencia de cada una de quienes pertenecemos a este mundo de startups y emprendimiento nos ha servido de inspiración para conectarnos como una comunidad. Contar con modelos femeninos como Beatriz Fernández, fundadora de uno de los restaurantes más conocidos del país Crepes & Waffles; Natalia Amaya, cofundadora de Instafit, cuya plataforma logró facturar US$1 millón en cuatro años y que actualmente tiene presencia en 37 países con más de 100.000 usuarios; y Manuela Sánchez, cofundadora de Laika, quienes a principios del año pasado recaudaron US $48 millones en su ronda de inversión Serie B, liderada por Softbank junto a otros inversionistas, nos abren paso fortaleciendo la confianza en sí mismas y nos permite contagiarnos de ambición y sueños por lograr.
Y no sería para menos, pues cada vez el género femenino es protagonista del ecosistema emprendedor, según el Banco Mundial este llegó a representar el 50% en América Latina. Y particularmente en Colombia, el liderazgo por parte de las mujeres creció en un 82 % el año pasado, dejando un total de 70.318 empresas creadas de su parte, de acuerdo a los datos arrojados por la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confecámaras).
Sin olvidar que, continuamente son más las empresas que apuestan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde la igualdad de género cumple con un papel fundamental para el crecimiento económico de cualquier país.
Por consiguiente, las mujeres somos pieza clave para la economía y fortalecimiento de la región. Así mismo lo reforzamos desde Cube Ventures, siendo un orgullo mencionar que el 27 % de las compañías que hacen parte de nuestro portafolio están fundadas por mujeres, lo cual es 9 veces más representativo que el promedio de la industria.
No obstante, pese a que las cifras son alentadoras, aún hay brechas de equidad de género en el acceso al capital y en la conformación de equipos que siguen dejando a las mujeres por fuera del panorama notoriamente. Según el Banco Interamericano de Desarrollo solo el 1% de las latinoamericanas acceden a inversores ángeles, capital semilla o fondos de capital de riesgo.
Lo anterior impide el progreso y puesta en marcha de múltiples iniciativas. Por ello, resulta imprescindible seguir creando una red de apoyo entre nosotras, mujeres fundadoras, y ampliar el acceso a contactos donde se filtren las oportunidades a partir del talento, las habilidades y las capacidades, no por su género.
Tenemos tarea por hacer para que el ecosistema de emprendimiento femenino crezca en Latinoamérica. Mi invitación es seguir construyendo lazos entre nuestro mismo género y llegar cada vez más donde los demás no han llegado para apalancar este pequeño ecosistema femenino con proyectos sostenibles que perduren en el tiempo.
Incentivemos la participación con grupos de conversación, encuentros de interés, entrega e intercambio de capacidades, y aumento en el número de conexiones, siendo fieles creyentes del poder de transformación que tenemos.
*Las opiniones expresadas en las columnas son responsabilidad exclusiva de los autores, y no representan el punto de vista ni la posición del Canal 1.