Ciberseguridad, el reto de los territorios
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En la era actual, la tecnología y el acceso a internet han transformado la manera en que vivimos, trabajamos e interactuamos, hasta el punto de convertirnos en una sociedad digital e interconectada por múltiples redes sociales como WhatsApp, Instagram o tik tok. Sin embargo, esta creciente dependencia digital también ha dado paso a nuevos desafíos y riesgos, especialmente en lo que respecta a la ciberseguridad.
Recientemente, el informe sobre Amenazas Cibernéticas identificó que Colombia es el segundo país de América Latina con más ciberataques registrados en 2022, lo que es coherente con el aumento de denuncias por ciberdelitos en 26%, evidenciando que cada 8 minutos se registra una denuncia por estos hechos, siendo el hurto por medios informáticos, el acceso abusivo a sistemas de información y la violación de datos personales, los delitos más frecuentes.
Al observar el fenómeno en las principales ciudades del país, se encuentra que (29%) Bogotá, (9%) Medellín y (6%) Cali son las más afectadas. Respecto al comportamiento por sectores, se muestra que el industrial, gobierno, educación y salud registraron las mayores afectaciones con el 67% del total de denuncias en el periodo analizado (TicTac, 2023). Estas cifras son contundentes y muestran una amenaza real, que requiere con urgencia de políticas, programas y proyectos de ciberseguridad en el marco de agendas de gobierno multinivel y de requerimientos de integración multiagente, así como un marco normativo que contemple las mejores prácticas en materia de seguridad informática, financiación e implementación progresiva en los territorios del país.
Estos territorios, sean urbanos o rurales, no son ajenos a esta realidad y deben afrontar con determinación la protección de sus sistemas, infraestructuras y datos. Entre los desafíos más sobresalientes se encuentran infraestructuras cruciales, como los sistemas de distribución de agua, suministro eléctrico y transporte. La interconexión de estos sistemas con tecnología puede convertirse en un objetivo atractivo para ciberataques. La protección de estas infraestructuras es fundamental para garantizar la seguridad y bienestar de los ciudadanos, así como para evitar posibles catástrofes. Otro desafío tiene que ver con la brecha de capacitación a nivel territorial, la falta de sensibilización sobre los riesgos de seguridad cibernética puede convertirse en un factor de vulnerabilidad significativo. Tanto los funcionarios gubernamentales como los ciudadanos necesitan estar informados sobre las mejores prácticas en ciberseguridad y recibir capacitación adecuada para reconocer y evitar posibles ataques.
Adicionalmente, con el auge de la Internet de las Cosas (IoT), los territorios están adoptando cada vez más dispositivos inteligentes para mejorar la eficiencia y los servicios a los ciudadanos. Sin embargo, esta interconexión también aumenta la superficie de ataque para los ciberdelincuentes, ya que cada dispositivo conectado representa una posible brecha de seguridad. Además, se debe tener en cuenta que la recopilación y almacenamiento de datos personales de los ciudadanos es una práctica común en muchos territorios para ofrecer servicios personalizados y mejorar la toma de decisiones. Sin embargo, garantizar la protección y privacidad de estos datos es esencial para evitar posibles fugas de información y el uso indebido de la misma.
En este sentido, la ciberseguridad en los territorios es una necesidad imperante. Solo mediante la colaboración, la educación y la implementación de soluciones adecuadas podremos proteger nuestros sistemas, datos y comunidades de las crecientes amenazas cibernéticas. Es responsabilidad de todos, desde el nivel gubernamental hasta el ciudadano común, contribuir a crear un mundo conectado y seguro.
*Las opiniones expresadas en las columnas son responsabilidad exclusiva de los autores, y no representan el punto de vista ni la posición del Canal 1.