Estudio de DNP revela que transición energética podría afectaría empleos de 360 mil personas

En una alianza entre el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), fueron presentados los resultados de los efectos de una economía baja en carbono en el mercado laboral y el sistema de seguridad y protección de Colombia.

La investigación aborda los mecanismos de transmisión y los posibles efectos de una política orientada hacia una economía baja en carbono.

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Gustavo Hernández, subdirector de Estudios Macroeconómicos Sectoriales y de Regulación del DNP, explicó que esta transición conlleva un cambio estructural en la economía que afecta la producción, el empleo y los ingresos de las personas.

El estudio basado en dos modelos de simulación ha arrojado luz sobre los posibles efectos de reducir a la mitad la producción de petróleo y carbón en Colombia entre 2023 y 2030. La investigación, enfocada en la administración pública, identifica áreas de intervención gubernamental para mitigar estos impactos.

Bajo esta premisa, los departamentos petroleros experimentarían una disminución del 12,1% en la producción de crudo, lo que conllevaría la pérdida de 117 mil empleos. En los departamentos productores de carbón, se proyecta una reducción del 11,8% en la producción, con la eliminación de 145 mil puestos de trabajo. Además, se prevé que la tasa de desempleo se mantenga en dos dígitos.

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La simulación también ofrece una estimación del impacto en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), sugiriendo que podría retroceder hasta un 3,5% si la reducción no se implementa de manera gradual.

En términos de pobreza, el estudio revela que la pobreza moderada podría aumentar un 3,26%, y la pobreza extrema podría aumentar en 1,40 puntos porcentuales durante el primer año de aplicación de estas medidas.

Este estudio proporciona valiosa información para la toma de decisiones gubernamentales en el contexto de una transición hacia una economía más sostenible y baja en carbono. Los desafíos identificados requerirán un enfoque estratégico para mantener el equilibrio entre la protección del medio ambiente y el bienestar económico y social de la población.