La curiosa tradición del “Takanakuy” para cerrar el año, ¿la conocías?
¡A punto de terminar el año! Le contamos todos los detalles sobre una tradición de “liberación” y golpes.
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Cada 31 de diciembre, en la región andina de Perú, especialmente en la provincia de Chumbivilcas, se lleva a cabo una tradición singular y fascinante conocida como “Takanakuy”.
Este término, que en quechua significa “golpearse entre sí”, es mucho más que un acto de violencia; es una celebración cultural y una forma peculiar de resolver conflictos antes de comenzar el año nuevo.
El Takanakuy combina elementos de la tradición andina, la justicia comunitaria y el festejo. Durante este evento, los participantes se enfrentan en combates uno a uno para resolver rencores, disputas personales o conflictos de cualquier índole que hayan surgido durante el año. Una vez terminadas las peleas, los contendientes se abrazan, dejando atrás las diferencias y asegurando un nuevo comienzo libre de resentimientos.
Una de las características más llamativas del Takanakuy es la vestimenta de los participantes, pues los luchadores suelen disfrazarse con trajes típicos, máscaras coloridas y sombreros adornados con plumas. Cada atuendo tiene un significado simbólico que puede estar relacionado con la naturaleza, los ancestros o los animales de la región.
Reglas del combate
A pesar de ser combates a golpes, el Takanakuy no es un acto anárquico; las peleas están regidas por un código de ética que todos deben respetar. Hay jueces encargados de supervisar que los enfrentamientos sean justos y que se detengan si algún participante queda gravemente herido. Además, no se permite el uso de armas y está prohibido atacar a personas que no estén de acuerdo en participar.
Aunque a primera vista esta tradición puede parecer violenta, el Takanakuy tiene como idea central la catarsis; liberar tensiones y conflictos acumulados para comenzar el nuevo año con un espíritu renovado.
También es una forma de reafirmar la identidad cultural y de mantener vivas las tradiciones ancestrales en una región que a menudo ha sido marginada por el resto del país.