¡Seguridad e IA, un binomio que impulsa una nueva era! Por Jorge Laverde Vargas
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Las ciudades del país afrontan múltiples desafíos. Uno de ellos es la seguridad y convivencia ciudadana. La gente en la calle no solo se siente insegura, lo está. Cifras y Conceptos (2024) muestra que hay un aumento en la percepción de inseguridad, 23 de cada 100 personas encuestadas ha sido víctima de algún delito, en particular el hurto a personas, vehículos y residencias. Pero la situación es aún más embarazosa, el país registra álgidos problemas de convivencia, siendo las discusiones entre vecinos por ruidos (44 %), las riñas (44 %) y problemas por consumo de drogas (41 %) las situaciones con mayor impacto social que han puesto en jaque la convivencia ciudadana.
El alto nivel de inseguridad percibido y vivido por la gente en los barrios, parques y zonas sociales está conduciendo al recrudecimiento de un fenómeno de altísimo riesgo social: la justicia por mano propia, una variante de la ley del talión creada en la antigua babilonia resumida en la expresión “ojo por ojo, diente por diente”.
Lo cierto es que no solo las problemáticas evolucionan, también las soluciones para enfrentarlas, mitigarlas y en muchos casos resolverlas. Muestra de ello es el nuevo modelo de servicio de la Policía Nacional orientado hacia las personas y los territorios. Entre los atributos a destacar se resalta la prevención, el diálogo ciudadano y la profesionalización.
Adicionalmente, la apuesta por la innovación tecnológica es una visión moderna del servicio policial en la búsqueda de resultados operacionales a la vanguardia de grandes metrópolis. En ciudades como Londres, Paris y New York han implementado sistemas de reconocimiento facial en las estaciones del metro, salidas de aeropuertos y pasos fronterizos usando inteligencia artificial para detectar delincuentes.
Entre las proyecciones de la Policía Nacional se estima la interoperabilidad de los sistemas de información para analítica de datos, el uso de drones para la prevención del delito, la incorporación de la inteligencia artificial para la predicción de hechos de inseguridad y los dispositivos de reconocimiento facial y dactilar para identificar actores criminales. En solo este año, la autoridad policial logro neutralizar cerca de un millón de ataques cibernéticos a los sistemas de seguridad e investigación de la institución usando inteligencia artificial.
Lo anterior, fortalece el sector de seguridad y conduce a que otras entidades avancen en hojas de ruta hacia su modernización. Un ejemplo de ello, es la Unidad Nacional de Protección que ha iniciado su proceso de transformación a través del uso de tecnología. Entre los resultados a resaltar está el convenio con las Fuerzas Militares para ser parte de la Red Integrada de Comunicaciones, así como la exploración del uso de inteligencia artificial para la elaboración de la matriz de riesgo en zonas difíciles, donde se aloja la economía ilegal. Sin duda, una apuesta moderna y orientada hacia los territorios.
Por ello, la integración de la seguridad y la inteligencia artificial marca el inicio de una nueva era en la protección y gestión del bienestar social. Este binomio permitirá optimizar la vigilancia, la prevención de delitos y la toma de decisiones estratégicas, mejorando la capacidad de respuesta ante amenazas que destruyen el capital social y con ello, el progreso de la nación.