Calor residual
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Los libros malos dan sueño. Los buenos dan hambre: de placer, de comida, de cultura. Hammbre de Cultura es una editorial colombiana que cuenta con más premios que publicaciones. Los títulos de este sello independiente han ganado cuatro primeros puestos, dos segundos y un tercero en los Gourmand Cook Book Awards, los premios más importantes en el ámbito del libro de cocina y vino. ¡En apenas 3 años de existencia!
Para esta edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Hammbre de Cultura presenta el libro Calor Residual, una antología de 11 textos que diseccionan el paladar y el gusto por la comida. Aquí se mezclan la sazón y la razón, el humor y la astucia, la crónica y el ensayo. El lector se sentará en la mesa del escritor barranquillero Karim Ganem Maloof y quedará convencido de que para conocer el mundo hay que probarlo.
En su búsqueda de platillos que involucran animales domésticos, la descripción de frutas venidas de países lejanos o la narración de la cacería artesanal de la cría del tiburón, el autor ha conciliado el impulso infantil de llevárselo todo a la boca con la curiosidad rigurosa del científico que toca, mira, olfatea y experimenta. Su prosa hurga en la comida, dispone carnes y especias en una mesa quirúrgica para indagar en su composición atómica, histórica, familiar. Toma nota como un crítico de banquetes o venenos. Induce al lector a convertirse en cómplice de su hambre aventurera y lo pasea desde el Caribe hasta el Mediterráneo o la Polinesia, a bordo del HMS Bounty o en las probetas frías del microbiólogo Iliá Méchnikov.
Ganem Maloof es un coleccionista de sabores, un paleontólogo de ingredientes extintos o pasados de moda. Su virtud consiste en masticar al mismo tiempo con la boca y el cerebro. Degusta la pulpa de las frutas hasta extraer de ellas los éxodos que encarnan, sus luchas, sus dominaciones. No escupe las semillas. En ellas descifra el parentesco entre los manjares y el lugar que ocupan en la sociedad, las variantes que configuran los sabores que nos hacen sentir en casa, las texturas que nos repugnan, los aromas que anticipan represalias picantes o amargas.
Uno no demora en presentir que hay algo contra intuitivo y demasiado humano en el acto de comer. Este menú literario pretende dar al lector una experiencia universal, porque pocos alimentos sobre la tierra se salvan de ser metáforas del pollo, el ají, la carne cruda, las malezas, los animales feroces o los subproductos de la leche en descomposición.
Calor Residual es un libro sobre la naturaleza del apetito, exalta su papel en el estado de la cultura, la economía y la sociedad. Advierte los riesgos que conlleva alimentarse con los huéspedes favoritos de bacterias peligrosas y exhibe la condición humana como una negociación mortal entre la gula y la estupidez. Karim se ríe del caníbal reprimido que habita en todos los glotones del planeta y nos hace reír con alusiones a la comida de avión, a los cubitos de caldo Maggi o a los traficantes de frituras en el medio oriente.
*Las opiniones expresadas en las columnas son responsabilidad exclusiva de los autores, y no representan el punto de vista ni la posición del Canal 1.