En Tokio puedes encontrar a tu mascota extraviada en “objetos perdidos”

En Tokio, la posibilidad de recuperar un objeto perdido es sorprendentemente alta, incluso en una ciudad con más de 14 millones de habitantes. La policía de la capital japonesa cuenta con un sistema eficiente que organiza y devuelve millones de artículos extraviados anualmente, desde documentos hasta mascotas poco comunes.

El centro de objetos perdidos de Tokio, ubicado en el distrito de Iidabashi, recibió más de cuatro millones de artículos en 2023, de los cuales el 70% regresaron a sus propietarios.

Hiroshi Fujii, guía turístico local, señala que esta práctica es parte de la cultura japonesa: “Los visitantes extranjeros se asombran, pero aquí siempre existe la expectativa de recuperar lo perdido”.

La policía emplea un sistema de bases de datos para catalogar cada objeto, desde llaves hasta dispositivos electrónicos, detallando incluso características como el diseño de un llavero.

Entre los objetos más comunes se encuentran documentos de identidad, teléfonos móviles y carteras. Sin embargo, también llegan casos poco habituales, como mascotas extraviadas.

“Nos hemos encargado de perros, gatos, iguanas y hasta ardillas voladoras. Nuestros agentes consultan veterinarios y otros recursos para cuidar adecuadamente de los animales mientras son reclamados”, explica Harumi Shoji, director del centro.

Uno de los espacios más peculiares del centro es el destinado exclusivamente a paraguas. En 2023, se registraron 300.000 paraguas perdidos, de los cuales solo 3.700 fueron reclamados.

“Durante la temporada de lluvias, los almacenes se llenan tanto que debemos utilizar dos pisos para almacenarlos”, comenta Shoji.

Por otro lado, el aumento del turismo y el tamaño cada vez más reducido de los dispositivos electrónicos han incrementado el número de artículos perdidos. Auriculares inalámbricos y ventiladores portátiles son algunos de los nuevos protagonistas en el inventario del centro operativo desde los años 50.

Si después de tres meses un artículo no es reclamado, puede ser vendido o desechado, pero mientras tanto, la policía de Tokio continúa trabajando para devolver hasta el más pequeño de los objetos a sus dueños.

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