El oscuro trasfondo de las fotomultas: ¿seguridad vial o negocio desmedido?
#SinCarreta | En Bogotá los números son reveladores. El recaudo por fotomultas pasó de 130.000 millones de pesos a 292.000 millones de pesos, mientras que el número de vidas salvadas es ínfimo, apenas 8.
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Las fotomultas se han convertido en un dolor de cabeza constante para los conductores en Colombia. En un país donde la presencia de estos dispositivos de control de velocidad es omnipresente, surge una pregunta: ¿realmente están destinadas a mejorar la seguridad vial o son simplemente una fuente de recaudación desmedida para las autoridades?
Hicimos un recorrido en Bogotá donde las fotomultas son parte del paisaje cotidiano. Sin embargo, más allá de su aparente función de control de velocidad, existe una verdad oculta que muchos conductores desconocen.
En varias zonas del país, las voces de descontento son el tema de todos los días contra lo que consideran una injusticia flagrante. Muchos argumentan que las fotomultas no contribuyen significativamente a regular la velocidad ni a salvar vidas. Más bien, parecen ser una herramienta para la recaudación sin límites.
En Bogotá los números son reveladores. El recaudo por fotomultas pasó de 130.000 millones de pesos a 292.000 millones de pesos, mientras que el número de vidas salvadas es ínfimo, apenas 8.
Los críticos de este sistema argumentan que las autoridades se centran más en la ganancia económica que en la protección de los ciudadanos. La falta de transparencia en el proceso de implementación y gestión de las fotomultas solo alimenta estas sospechas.
Es importante mencionar que las medidas de seguridad vial deben ser prioridad sobre cualquier consideración recaudatoria. La transparencia y la rendición de cuentas por parte de los responsables son fundamentales para restaurar la confianza de los ciudadanos en este sistema.