El aire que respiramos mata a 2.000 personas al año en Bogotá
#SinCarreta | Trabajadores, habitantes y transeúntes de zonas altamente contaminadas en Bogotá se quejan porque el aire pesado que respiran les afecta cada vez más sus órganos respiratorios e incluso muchos han tenido que visitar al especialista.
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Las autoridades ambientales están en máxima alerta por la contaminación del aire. Con la llegada del fenómeno climático de ‘El Niño’ se advierte un inminente deterioro en la calidad del aire, especialmente en las principales ciudades.
La Secretaría de Medio Ambiente de Bogotá, en cabeza de Carolina Urrutia, admitió que durante las temporadas secas aumenta la probabilidad de que material particulado, provocado por incendios forestales o quemas, afecte aún más la atmosfera de la ciudad.
Incluso, la funcionaria plantea que en ciertas épocas del año a Bogotá llegan nubes de polvo que se originan incluso en Venezuela. Este año la entidad ha tenido que declarar la alerta en dos oportunidades por el deterioro en la calidad del aire.
La localidad de Puente Aranda es una de las zonas más contaminadas del país. Pero también en Bogotá hay problemas de polución del aire en sectores de Kennedy, Fontibón y Bosa, entre otras. En Chapinero, por ejemplo, la mala calidad del aire ha obligado a muchos vecinos a volver a usar el tapabocas, como en los peores tiempos de la pandemia del COVID-19.
Trabajadores, habitantes y transeúntes de estas y otras zonas altamente contaminadas en Bogotá se quejan porque el aire pesado que respiran les afecta cada vez más sus órganos respiratorios e incluso muchos han tenido que visitar al especialista.
Otros plantean que por sus obligaciones y rutinas cotidianas han tenido que acostumbrar su cuerpo a respirar en medio de nubes de humo y polvo.
Al ser consultada sobre las medidas que se están tomando para controlar la contaminación, especialmente la generada por vehículos en mal estado, Urrutia reportó que se han llevado a cabo este año más de 200 operativos con las llamadas patrillas “caza-chimeneas”, unas sofisticadas unidades móviles dotadas con aparatos de medición de gases que detectan las condiciones de los vehículos.
Y aunque la funcionaria explica que la contaminación del transporte público se ha reducido, todavía hay un reto por delante en el control del transporte de carga, uno de los principales agentes contaminantes de la atmósfera en Bogotá.
El Instituto de Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), advierte sobre la relación que existe entre la contaminación del aire y fenómenos como la lluvia ácida.
“La contaminación atmosférica afecta gravemente la calidad del aire, el cual está asociado al aire benigno respirable por el hombre. La lluvia ácida hace parte de los problemas relacionados con la calidad del aire, ya que además de afectar el entorno humano, afecta la salud de los seres vivos”, explica el Ideam en un documento publicado en su sitio web oficial.