Tutelas absurdas falladas contra Medimás tienen en alerta al sistema de salud

Medimás, la más grande EPS del país, espera un fallo del Consejo de Estado que definirá su permanencia.

Medimás mantiene 3.800.000 usuarios. En dos años de su creación, reporta más de cincuenta y dos millones de atenciones. Hoy, no solo está pendiente del Consejo de Estado; también, de que se resuelvan en la Superintendencia de Salud dos procesos que se adelantan en última instancia por fallas en el servicio.

A la lista de quejas y problemas que ya afronta la EPS, ahora se suman decenas de tutelas, unas, justas; otras, absurdas. El inventario de las tutelas insólitas que tienen en alerta al sistema de salud contiene desde reconstrucción de colas de las señoras, hasta el pago de arriendos y servicios públicos a los usuarios. Por ejemplo, una afiliada en la ciudad de Cali que acudió a una clínica de garaje a inyectarse biopolímeros en la cola, entuteló a la EPS, que finalmente tuvo que retirar los biopolímeros y hacerse cargo de una cirugía estética reconstructiva, con un costo superior a los ciento diez millones de pesos.

A un paciente de alto costo que vive en Fusagasugá, la EPS ha tenido que pagarle el arriendo de su casa desde agosto del año 2017; en este caso, Medimás ya ha desembolsado más de cincuenta millones de pesos.

En Floridablanca (Santander), a un usuario se le paga, mes a mes, el recibo de administración en un lujoso club house: las consignaciones ya superan los cincuenta millones de pesos.

Para una paciente que demanda el uso de un respirador eléctrico, Medimás fue obligada a pagarle el recibo de la energía a las Centrales Eléctricas de Nariño (Cedenar); incluso la tutela ordenó la instalación de un medidor nuevo por parte de Medimás. Y así son varias las tutelas que la EPS considera «absurdas o abusivas».

La alerta en el sistema de salud es entendible; todos estos pagos de Medimás, que suman una millonada, tienen que ser asumidos por la estatal administradora de recursos de la salud, Adres, antigua Fosiga.