Tres | El elefante blanco de todos los lunes: el centro de datos de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá que permanece abandonado
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Como todos los lunes, mi elefante blanco de hoy: hablaremos del Centro de Datos de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), más conocido como Data Center Alma.
La historia es la siguiente: su costo en el 2013 fue estimado en $ 60.000 millones, proyecto para el cual la ETB destinó un predio de 6870 metros cuadrados que está ubicado en la carrera 33 con calle 12, en la localidad de Puente Aranda, en el suroriente de la capital.
La compañía contrató el 28 de mayo de 2015 a la firma brasileña Aceco TI S. A. para realizar la obra civil, suministrar bienes y servicios de instalación, configuración, pruebas, estabilización y puesta en funcionamiento. El valor del contrato fue cercano a los treinta y un mil millones de pesos, se haría por fases y el plazo de entrega fue pactado en 33 meses.
Con este proyecto, la compañía pretendía fortalecerse, ofrecer mejores servicios a sus clientes y competir a alto nivel. Pero empezaron los problemas: la construcción del centro se inició sin licencia y quedó en obra negra casi un año después. Los equipos tecnológicos que debían entregarse en funcionamiento, hoy se encuentran almacenados en una bodega y siguen sin prestar ningún servicio.
La Contraloría distrital, en un informe de auditoría, documentó que el contrato se comenzó a ejecutar en junio de 2015, pero en abril del año 2016, la obra quedó paralizada, a pesar de que se alcanzaron a pagar $ 5787 millones.
A tres meses de vencerse el plazo para entregar la primera fase de la obra civil, la ETB firmó un segundo contrato con la firma colombiana Compufácil, por un valor de $ 27.000 millones; la empresa debía entregar en funcionamiento y estabilizado el data center, pero su trabajo dependía de que Aceco cumpliera. Sin embargo, en diciembre de 2015 se modificó el contrato y, en lugar de entregar los servicios funcionando y estabilizados, se acordó que dejara los bienes en bodega, y así, a pesar de los contratos, y los contratos, y los contratos, la obra sigue paralizada desde 2016 y los equipos embodegados, comiendo polvo y perdiendo vigencia, ¿lo pueden creer?
¡Ay, mi país!