Uno | ¿Por qué en Colombia, un gran productor de café mundial, se consume el peor?

Con motivo del congreso cafetero número 92 que se celebra esta semana en Bogotá, este gremio ha planteado un sentido anhelo que por muchos años ha tenido el sector: lograr que en Colombia se consuma un café de alta calidad, como el que se produce en el país.

Durante décadas, en el país se ha presentado una paradoja: mientras el café colombiano cobra en el exterior una prima especial por su altísima calidad, aquí nos hemos privado de su sabor, su aroma y su color de primer nivel.

La explicación es económica y logística; la logística: según fuentes de la Federación Nacional de Cafeteros, en el país se producen anualmente un promedio de 12 millones de sacos de café. De estos, 11 millones de sacos se exportan a los mercados internacionales, pero el consumo interno de café ya llega a los 2,3 millones de sacos, es decir, hay un faltante de 1,3 millones de sacos, que se están importando de países vecinos como Ecuador, Perú y Brasil. No es por nada, pero la calidad de ese café importado está lejos de parecerse al café suave que se produce en nuestras montañas.

La explicación económica: una libra de café colombiano tipo exportación y de alta calidad ronda los $ 38.000, un precio que no resulta accesible para la mayoría de los hogares colombianos, que pagan alrededor de $ 11.500 por libra de café en los supermercados y las tiendas de barrio. Esta situación, que no es nueva, ha hecho que el paladar de los colombianos se acostumbre a tomar café a base de pasilla. Conscientes de esta realidad, los cafeteros reunidos esta semana en Bogotá le han propuesto al Gobierno que en todas las entidades públicas se comience a ofrecer café 100 % colombiano y del mejor.

La idea es que se adquiera el café de las oficinas por medio de la agencia Colombia Compra Eficiente; además, se está pidiendo al Gobierno que se exija una etiqueta de origen al café para que el consumidor sepa si es colombiano o importado.

Lo cierto es que algo hay que hacer para cambiar los hábitos de consumo de café y disfrutar del verdadero café colombiano que se toma en Europa, Japón y Estados Unidos.

Como reza el dicho popular: en casa de herrero, azadón de palo.