Una vida singular: General de la Policía y sacerdote
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El general de la Policía Silverio Suárez, es al mismo tiempo sacerdote, y en esa doble condición trabaja todos los días, oficiando misa muy temprano y atendiendo sus actividades institucionales el resto de sus jornadas diarias.
El general Suárez lleva 30 años en la Policía y hace 22 es sacerdote católico, apostólico y romano.
Precisamente hoy se hizo presente en la eucaristía por el alma del papa Benedicto XVI en la Catedral Primada de Bogotá.
Luego partió hacia la iglesia de la Virgen del Pilar, donde ofició la misa del mediodía.
El general Suárez, dice que oficia misa todos los días a las 6 de la mañana, luego va a su oficina en la Policía y cuando viaja a algunos municipios la gente sabe que es sacerdote y le pide que presida el rito.
Cuando se le pregunta ¿Cómo se compaginan esas dos labores: de general de la Policía y de sacerdote?, responde sin dudas: “las dos son funciones de servicio a la comunidad. Con la una salvo vidas y con la otra salvo almas”.
Asegura que no quiere ser papa y en cambio, anuncia que cuando se retire de la institución policial espera que lo nombren párroco de un pueblo “ojalá bien pobre para ayudarle a la gente que más lo necesita”, declara con firmeza.
El general – sacerdote pide que se recuerde al papa Benedicto XVI como un hombre valiente, que supo defender la fe y que con sus trabajos apostólicos, dejó sentadas las bases para un cristianismo moderno, como por ejemplo con el Catecismo, que redactó con el apoyo del papa San Juan Pablo Segundo.
El general Suárez también pide a los católicos orar por el papa Francisco, que en su concepto, debe llevar el pesado peso de la iglesia contemporánea.
