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Escuela de aviación cobró matrículas de 90 millones, se declaró en quiebra y cerró sus puertas

95 jóvenes que soñaban con ser pilotos están aterrizando. Al principio de este semestre la escuela a la que le habían pagado hasta 90 millones de pesos para que los entrenara cerró sus pistas y aunque el dueño dice que la plata no se ha perdido ninguno de sus aviones está en capacidad de alzar vuelo, ni hay entrenadores porque hace meses no les pagan.

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Escuela de aviación cobró matrículas de 90 millones, se declaró en quiebra y cerró sus puertas

Top Gun película de finales de los años 80’s que inspiró y emocionó al mundo con su historia de los estudiantes de una escuela de Aviación de California.

Para la misma época, crecían en Colombia 4 jóvenes, quienes desde ese momento se imaginaron que cuando grandes querían ser pilotos.

“Es nuestro sueño desde niños”, dijo Sebastián Godoy.

Cuando crecieron, comenzaron a trabajar en empleos afines a la aviación, para ahorrar y pagarse la carrera como piloto comercial.

“Yo pagué 76 millones de pesos, con crédito obviamente, Porque muchos de nosotros escogimos la escuela de aviacion Ivieta por la facilidad de pago y por economía”, indicó Nelson Villabon.

“Yo entré a Ivieta en enero de 2015 pague alrededor de 90 millones de pesos”, contó Daniel Gómez.

“Yo saqué un crédito para financiar la carrera”, agregó Godoy.

Todos escogieron la Escuela de Pilotos Ivieta para cursar su carrera, porque era económica, les ofrecía prácticas de vuelo en 5 aviones, y además, funcionaba desde hace 56 años.

Sin embargo, la carrera de piloto comercial que habitualmente tiene una duración entre año y medio y dos años, en Ivieta se extendía por las dificultades para las prácticas de vuelo.

Los estudiantes comprendieron por qué cuando les cancelaban sus clases de vuelos que salían desde el aeropuerto Perales en Ibagué, y por qué de los 5 aviones que les prometieron para practicar, sólo 1 operaba.

“Ivieta lleva un año presentando irregularidades, que se vinieron manifestando en el mantenimiento de las aeronaves y en el salario de los empleados”, indicó el instructor Santiago Caicedo.

En abril pasado los 7 instructores de vuelo y los 5 técnicos de mantenimiento pararon sus actividades porque les debían sus salarios. Ivieta no tuvo otra opción, que dejar de funcionar

Andrés Russi Galvis es el representante legal de Ivieta, nos comunicamos con él, y argumenta que están buscando vender la compañía.

Ellos no están hablando de robos, pero les parece curioso que sus matrículas no fueron consignadas en las cuentas de la escuela, sino en otra personas del señor Russi, entre 70 y 100 millones de pesos por alumno.

La Aernáutica Civil, encargada de vigilar este tipo de escuelas, considera ilegal el cierre unilateral de Ivieta.

Los 95 alumnos de Ivieta no sólo se sienten estafados, sino prisioneros, porque no pueden cambiar de escuela, ya que Ivieta no tiene ni secretarias que les entregue los certificados ni carta de cese de actividades.





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