Dos I El gesto con el que la princesa Kate Middleton no solamente rompió el estricto protocolo real, sino que acabó con los rumores de separación de su esposo, el príncipe William
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El fin de semana, un diario sensacionalista británico publicó una nueva historia que mancha la imagen de la familia real y estuvo a punto de convertirse en uno de los peores escándalos de la corona británica de los últimos tiempos.
El diario The Sun había señalado que el príncipe William, primer heredero a la corona británica, habría sido infiel a la princesa Kate con una amiga de la familia real y que este habría pasado San Valentín con la mujer, identificada como Sarah Rose Hanbury.
Esto desató un huracán de rumores y comentarios en torno a la pareja real, a la cual algunos afirman que la han visto distanciada, alimentando así los rumores de una posible separación. Sin embargo, los duques de Cambridge, William y Kate, aparecieron anoche en uno de los eventos más importantes de Londres: la gala de los Bafta, los premios de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión, el equivalente a los Óscar en Estados Unidos.
Los príncipes William y Kate participaron de la alfombra roja, después de dos años de ausencia, muy sonrientes, muy unidos, muy felices. Recorrieron todo el paseo de ingreso, posaron para las cámaras y compartieron con prácticamente todo
el mundo; algunos incluso afirmaron que la felicidad de la pareja parecía un poco calculada. Sin embargo, un gesto de la princesa acabó con todo el protocolo real y al mismo tiempo destruyó cualquier rumor o duda de una crisis matrimonial: al finalizar la pasarela de la alfombra roja y después de todas las fotos y conversaciones, la pareja se dirigió al interior del Royal Hall de Londres para el evento; la princesa, inadvertida de que aún había cámaras siguiéndolos, se secreteó algo con el príncipe y le dio una nalgada.
Esa simple palmadita en la nalga acabó con todos los rumores de separación y las malas intenciones en contra de la pareja real.