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Un chirrinauta en Hollywood

La bomba atómica de Mattel

Camilo Giraldo Gallo
Cítrico de cine

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Una marca polémica, desgastada por el debate entre quienes la acusan de reforzar estereotipos y quienes la ven como un símbolo de liberación femenina, acaba de hacer una jugada maestra, una película contradictoriamente subversiva y a la vez publicitaria de uno de los productos capitalistas más emblemáticos: la muñeca Barbie de Mattel. Mientras muchos creíamos que la bomba atómica llegaría con la esperada cinta Oppenheimer del director Christopher Nolan, la verdadera explosión del cine de verano nos dejó a todos bañados de rosado.

La directora Greta Gerwig se fajó un peliculón que engañó las expectativas de más de uno. Durante la última semana, ha sido hermoso e infinitamente entretenido ver las reacciones de aquellos indignados al estilo de Helen Alegría en Los Simpsons: “¿Alguien por favor quiere pensar en los niños?”.

Gerwig –quien también hizo la gran cinta Lady Bird– y su pareja Noah Baumbach –creador y director de la maravillosa Historia de un matrimonio– lograron cachetear con este guion a millones de mentes pacatas que llevan toda su vida ensimismadas: a quienes se niegan a conocer las críticas al orden patriarcal, que ven al feminismo como un asunto de “marimachas”, que solo dejan jugar con Barbies a las niñas y con carritos a los niños, que hacen baby showers de revelación de sexo con temática azul o rosa, que dicen que los machos no lloran, que las niñas no deberían jugar al fútbol, que los únicos adúlteros y borrachos pueden ser los hombres, que las minifaldas son una invitación a la violencia sexual, que no contratan o ascienden a mujeres en edad reproductiva, que abogan por la cárcel para quienes deciden sobre su cuerpo cuando abortan y a la vez se rasgan las vestiduras por la Barbie versión madre soltera. Ha sido hermoso, digo, ver a esas mentes pacatas escandalizadas porque por primera vez les muestran con plastilina cómo funcionan las dinámicas del patriarcado.

Barbie, más que una película, es un caballo de Troya progre. Tal es la confusión, que a pesar de que la cinta está catalogada como PG-13 indicando que es “inapropiada” para menores de 13 años, todavía hay mamás y papás ultra conservadores sorprendidos por la bomba atómica rosa. Uno de los contenidos más chistosos que he visto es el de la Instagramer @lizbaila, quien con una equis de cinta aislante en el pecho y un microfonito que brilla más que sus ideas, no podía creer que tuvo que ver a un “Ken totalmente afeminado” y teme que los seres no pensantes “acsobarmos (sic) todas esas ideologías de basura”. Debo agradecer a la Helen Alegría latina por traer tantas risas a mi vida.

Aunque aplaudo que una de las producciones más taquilleras de este año haya servido para poner temas necesarios en la agenda, también reconozco que es la estrategia de lavado de imagen corporativa más exitosa de 2023. Desde hace mucho tiempo, Mattel ha tratado de hacerle el quite a las críticas justificadas sobre lo que su muñeca ha significado por décadas. Diversas investigaciones han mostrado que las Barbies tienen un impacto negativo en el autoestima de las niñas por la imagen irreal de cuerpo perfecto que promueven, el materialismo que va atado al estilo de vida de las muñecas, e incluso la profundización del sexismo y racismo por como ha retratado los roles de género y la falta de representación racial durante años. Ante esto, la multinacional ha sacado versiones más inclusivas: Barbies con kilos adicionales, más chaparras, además de Barbies negras, latinas, asiáticas, entre otras.

Pero con la cinta protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling, Mattel hizo su jugada maestra. Las actuaciones vibrantes de los protagonistas se sumaron a la genialidad del guion para lograr el salto más grande en el propósito de “brand washing” de Mattel: de la Barbie estereotípica a la Barbie empoderada.

En resumen, Barbie es una película espectacular, con humor inteligente, que pone temas fundamentales sobre la mesa y que a la vez está sirviendo para que el fabricante de juguetes más poderoso del mundo vuelva a encontrar la muñeca de los huevos de oro.

Calificaciones

Un chirrinauta en Hollywood: 8.0

IMDB: 7.5

Rotten Tomatoes: 89%

*Las opiniones expresadas en las columnas son responsabilidad exclusiva de los autores, y no representan el punto de vista ni la posición del Canal 1.

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