Colombia merece un nuevo rumbo para avanzar
“El panorama actual ratifica la realidad que vive la gente a diario: Colombia está a la deriva. Eso lo saben también quienes creyeron en la promesa de un cambio que nunca llegó”.
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A partir de hoy, todas las semanas, nos leeremos aquí. Gracias a Canal 1 por abrir este espacio desde el cual les contaré sobre el camino que –con el respaldo de los colombianos, las buenas ideas y el favor de Dios– nos permitirá llegar a la Presidencia de la República.
Es realmente triste iniciar esta semana con la noticia del vil asesinato del senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, valiosa voz de una generación que quiere sacar al país adelante y una víctima de quienes quieren regresarnos al pasado. El sufrimiento de su familia, el dolor de la sociedad y el ataque a la democracia no deben tomarse a la ligera: es el momento de la unión, y de trabajar por los valores y sueños que impulsaron a Miguel.
El panorama actual ratifica la realidad que vive la gente a diario: Colombia está a la deriva. Eso lo saben también quienes creyeron en la promesa de un cambio que nunca llegó.
Colombia necesita un nuevo liderazgo para avanzar. Un liderazgo que establezca prioridades y propósitos comunes. Firme en sus metas, pero abierto al diálogo para construir las mejores fórmulas.
Estamos pagando muy cara la improvisación y la charlatanería. Lo pagamos con el desgaste institucional causado por un mal gobierno que se ha dedicado a buscar culpables en lugar de resolver los problemas de la gente. También lo pagamos con el deterioro de la seguridad. Hoy no importa la capacidad, sino la ideología, y eso se traduce en un Estado inoperante que le viene cediendo cada vez más espacio a los violentos y los criminales. Y, como si fuera poco, lo pagamos con el bolsillo: la deuda está disparada, la plata no alcanza para llegar a finde mes, la informalidad está en aumento y una crisis fiscal está a la vuelta de la esquina.
La más reciente ‘perla’ viene por cuenta de las relaciones exteriores. Presa de su mediocridad e incapacidad para entregar resultados, el Gobierno parece estar buscando enemigos externos que le permitan construir una narrativa de defensa nacional. La estrategia es tan patética como preocupante: escuchar al Presidente de la República asumiendo la defensa de oficio de la dictadura de Nicolás Maduro es algo que no tiene precedentes. Colombia ha sido siempre un país que hace sentir su voz a favor de la democracia y los derechos humanos, no un cómplice de un régimen opresivo y estrechamente ligado a la criminalidad.
Colombia va a aguantar los cuatro años de ineficiencia y mediocridad, pero no resiste cuatro años más. Llegó la hora de la acción: hay demasiado en juego. Un país desordenado no puede avanzar.
El próximo gobierno debe atender las razones del descontento que hizo posible la elección de Petro. Los jóvenes votaron por un cambio: ese cambio no llegó, pero el mandato sigue vigente.
Quiero ser el líder que trace una nueva ruta para Colombia, uniéndonos en torno al progreso, la democracia y la verdad.
No puedo, ni quiero, hacerlo solo. El sector privado, la fuerza pública y toda la ciudadanía son parte de este gran esfuerzo. He enfrentado problemas difíciles y he demostrado el pulso necesario para solucionarlos.
Vamos paso a paso, sin detenernos. Nos vamos a encontrar en las calles de todos el país, en donde seguimos recogiendo firmas para inscribir formalmente nuestra candidatura presidencial.
Nuestro país merece un buen gobierno, merece volver a pensar y hacer en grande. Unidos, sin egos ni sectarismos –pensando en la gente y firmes para no volver al pasado– vamos a demostrar cómo Avanza Colombia.
@MauricioCard