Posibles identidades de los cuerpos encontrados en costales en La Guajira
Los familiares de las víctimas están a la espera de los resultados de las pruebas de ADN que podrían confirmar la identificación de los sucreños o descartar su posible relación con el caso.
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El pasado domingo 21 de mayo en una zona Rural de Riohacha, un grupo de campesinos del sector hallaron en costales a cuatro cuerpos humanos en su interior. El siniestro hallazgo se presenció en plena vía pública de un área rural del distrito conocida como La Punta de los Remedios.
Según versiones preliminares, un campesino de la zona se percató de la extrañeza de los cuatro sacos en la vía pública e informó a la comunidad para que conjuntamente solicitaran la presencia de la Policía Nacional.
El Grupo de Criminalística de la Región de Policía Número 8 procedente de Barranquilla, confirmó que los costales contenían restos humanos en avanzado estado de descomposición.
“La Seccional de Investigación Criminal en compañía de una comisión interdisciplinaria de Criminalística de la Región de Policía No. 8 de la ciudad de Barranquilla, realizaron la inspección ocular y de manera superficial de los actos urgentes, de acuerdo con lo ordenado por un Fiscal Delegado de Seguridad Territorial de Bogotá D.C., donde confirmaron que se trataban de restos humanos”, informaron luego del descubrimiento desde el comando de la Policía de La Guajira.
¿Quiénes serían las víctimas?
Como primer hallazgo se conoce que los cuerpos son de sexo masculino, y que podrían corresponder a un grupo de sucreños que fueron reportados como desaparecidos.
Los restos fueron trasladados a la Unidad Regional del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Barranquilla donde se esclareció que fueron sometidos a tortura y maltrato.
Pese a las dificultades de identificación de los cuerpos debido a la condición climática, y los rastros de violencia que mostraban, las autoridades presentaron un avance preliminar que apunta a que las víctimas podrían ser:
- Jaime Monrroy
- Carmelo Badel Gómez
- Julio Ordóñez
Monrroy, se destacaba por ser un ganadero que emprendía en la comercialización de un producto altamente valorado utilizado en la fabricación de medicamentos para tratar enfermedades hepáticas y componentes tecnológicos. Este producto estaba estrechamente relacionado con los cálculos biliares bovinos.
Badel Gómez, fue el conductor contratado para llevarlos hasta el sitio, donde concretarían el negocio del producto, y quien dio pistas a sus familiares de las vías que tomaría para ello, incluso alcanzó a avisar que en medio del camino se había desviado a Santa Marta y de ahí, hacia la zona de Buritaca.
La otra víctima, conocido como Julio Ordóñez, por su parte, fungió como intermediario en el negocio entre el ganadero y los compradores del producto.
Actualmente, los familiares de las víctimas están a la espera de los resultados de las pruebas de ADN que podrían confirmar la identificación de los sucreños o descartar su posible relación con el caso.