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Nacional

Las ‘mulas’ del oro: así operaba la red criminal que movió $19 mil millones entre Colombia y Panamá

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La Fiscalía General de la Nación develó un modelo ilegal de salida y entrada de oro, en el que correos humanos viajaban entre Colombia y Panamá con el metal mimetizado en accesorios o camuflado con la complicidad de funcionarios aeroportuarios.

Las pruebas reveladas por el ente investigador mostraron que la organización estaba conformada en su mayoría por joyeros y personas conocedoras del mercado.

Dicha red habría movido desde los aeropuertos de Bogotá, Barranquilla, Palmira y Bucaramanga, más de 19 mil millones de pesos en lingotes de oro puro colombiano hacía la ciudad de Colón, en Panamá.

“Las barras de oro solo eran declaradas a su ingreso a Panamá y vendidas exclusivamente a las comercializadoras Gold América y Alpha Trading, que pagaban con joyas de oro italiano. Esa mercancía recibida a cambio la transportaban los correos humanos a Colombia y, posteriormente, la entregaban a los señalados cabecillas de la estructura que se encargaban de distribuirla en su red de joyerías y a comerciantes que tenían negocios en Bogotá, Bucaramanga, Barranquilla, Medellín, Cali y otras ciudades capitales”, aseguró la Fiscalía.

Todos los integrantes de la mencionada organización fueron identificados y ocho de ellos capturados.

En Bucaramanga fueron detenidos tres de los señalados articuladores de la estructura: Fernando Villamizar Parada, su esposa Verenice Cáceres Borrero, y Frantz Ramírez Jones.

De otra parte, Carolina Valle Salomón, una de las de las denominadas coordinadoras del andamiaje ilegal y sindicada del manejo de divisas, y Yobany Flórez Arango, funcionario de Migración Colombia adscrito al Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira, fueron capturados en Cali.

Elvis Monzón Gómez, uno de los presuntos comercializadores de las joyas de oro italiano fue detenido en Barranquilla; mientras que Ernesto Andrés Montenegro Chaparro y Nasly Sofía Cohen Palma cayeron en diligencias cumplidas en Bogotá.

Estas ocho personas fueron presentadas en audiencias concentradas en el Complejo Judicial de Paloquemao en Bogotá y un fiscal de la Dirección Especializada contra el Lavado de Activos les imputó cargos por delitos como concierto para delinquir, lavado de activos y contrabando.

En las diligencias de registro y allanamiento realizadas, los investigadores incautaron más de 1.800 millones de pesos en efectivo, 500 mil dólares y cerca de 80 kilogramos de oro puro colombiano cuyo valor podría ascender a 12 mil millones de pesos.

Así es la ruta del negocio ilícito del oro

Mineros ilegales y dueños de fundidoras en Antioquia, Santander y la región del Magdalena Medio vendían directamente el oro en lingotes a tres de los denominados articuladores del tráfico ilegal.

Estas personas se encargaban de contactar a los correos humanos, que eran las mismas personas, conocedoras del negocio ilícito y con registros de 10, 20 y hasta 30 movimientos migratorios a Panamá.

Los pasantes seleccionados recibían las barras, programaban los viajes y en los aeropuertos evadían los controles aduaneros y de seguridad en dos modalidades:

  • El oro era bañado en plata o acero y mimetizado en elementos como cadenas, correas de bolsos, pulseras y llaveros, entre otros elementos de bisutería. De esta forma los viajeros portaban y lucían los accesorios como si fueran complementarios al vestuario. Así pasaban con varios kilogramos de oro por los escáneres y engañaban al personal de seguridad encargado de los filtros El material probatorio indicaría que en cada vuelo hacia Panamá coincidían entre tres y cuatro correos humanos, cada uno con sus respectivos accesorios en oro.
  • Los viajeros llegaban a los aeropuertos de Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga y Palmira, y entregaban los lingotes a funcionarios que tenían libre acceso por las terminales. Los servidores que cumplían funciones en aduanas, migración o seguridad cruzaban por los diferentes filtros sin generar sospecha y entregaban el metal a los correos humanos en las salas de abordaje, antes de ingresar a los aviones. Cada funcionario recibía entre 2 y 4 millones pesos por facilitar el paso del oro, la cifra variaba según la cantidad y, al final del ‘encargo’, se debía tomar una fotografía (selfie) con el correo humano y enviarla a los cabecillas de la estructura para la aprobación del pago.

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