La travesía de los niños migrantes por la selva del Darién
La peligrosa selva del Darién, sus desafíos y las acciones humanitarias para protegerlos de los peligros naturales y externos.
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Entre los miles de migrantes que cruzan la selva del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá, hay un grupo especialmente vulnerable: los niños y niñas. Según las autoridades panameñas, cerca de 80.000 menores de edad han migrado por el Darién en lo que va de 2023, acompañados o no por sus familias, en busca de una vida mejor en Estados Unidos o Canadá.
El Darién es una de las zonas más peligrosas y remotas del continente, donde los migrantes se enfrentan a múltiples amenazas: animales salvajes, enfermedades, delincuentes, grupos armados, minas antipersona, ríos caudalosos y condiciones climáticas extremas.
Los niños y niñas son los más expuestos a estos riesgos, ya que sufren más el cansancio, el hambre, la sed, el frío, el calor y las picaduras de insectos. Además, pueden ser víctimas de abusos, explotación, violencia, tráfico o separación de sus familias.
Sin embargo, pese a los peligros, muchos menores siguen emprendiendo esta travesía con la esperanza de encontrar un futuro mejor en el norte. Algunos lo hacen solos, otros con sus padres o familiares, y otros con desconocidos que les ofrecen ayuda o les cobran por el viaje.
Según el testimonio de algunos niños migrantes, sus motivos para dejar sus países de origen son diversos: la pobreza, la violencia, la falta de oportunidades, la reunificación familiar, el sueño americano o la simple curiosidad.
Para atender a esta población vulnerable, las autoridades y las organizaciones humanitarias han desplegado una serie de acciones en ambos lados de la frontera, como la instalación de albergues, la entrega de alimentos, agua, ropa y medicinas, la prestación de servicios de salud, educación y protección, y la coordinación con los consulados para la identificación y el registro de los menores.
Sin embargo, estas medidas son insuficientes ante el creciente flujo migratorio que se espera que supere los 400.000 migrantes este año, de los cuales al menos el 20% serían niños y niñas. Por eso, se hace urgente una respuesta integral y coordinada de los países de tránsito y destino, que garantice los derechos y la seguridad de los niños migrantes y sus familias.