Habitantes de calle eran víctimas de falsos positivos

Se conocieron nuevos detalles sobre cómo militares asesinaron a habitantes de calle en Medellín para hacerlos pasar como falsos positivos.

Son escalofriantes los testimonios de dos sargentos en retiro que hoy le revelaron a Noticentro1 CM& cómo desaparecieron y asesinaron jóvenes inocentes, personas en condición de calle y los presentaron como bajas en combate, entre 2002 y 2006.

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Este jueves, frente a una cámara de NotiCentro1 CM&, el sargento en retiro, Fidel Ochoa, confesó la desaparición y el crimen del joven que hoy sigue llorando Amparo del Socorro Cano, madre de un joven que fue un falso positivo.

“Es así donde le damos dos impactos de fusil y se simuló un combate y el mismo mayor reporta al comandante de la Brigada, como si hubiéramos dado de baja a un guerrillero”, confirmó el sargento (r) Fidel Ocha, comandante de pelotón.

El macabro plan empezó hace casi 20 años con un disfraz, como así lo describieron los militares en retiro.

¿Por qué nos disfrazamos de paramilitares? Para secuestrados a las víctimas y no denunciaran.

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El sargento en retiro Jaime Coral reveló que muchas de sus víctimas fueron habitantes de calle, de quienes se aprovecharon por su adicción a las drogas.

“Empezaron a generar una confianza, le dábamos almuerzo, les comprábamos un pantalón de sudadera, una camiseta, si estaban con mucho cabello los peluquiabamos, los trataban bien y se motivan para ir a Dabeiba”, reveló el sargento (r) Jaime Coral.

Y luego de uniformarlos con botas y camiseta negra para que parecieran integrantes de la guerrila, llegó la segunda estrategia.

“Se colocaban a esas víctimas a manipular las armas para que quedara el rastro de su ADN en las armas, en las armas con las que los reportamos a ellos”, dijo sargento (r) Fidel Ocha 

Y después, los mataron con tiros de fusil. Pero lo peor estaba por llegar. ¿Qué hicieron para no levantar sospecha?

“Se uniformaba, se les colocaba alguna camiseta, se les verifica su ropa interior para que no tuviera ningún documento por ahí guardado”, dijo el sargento Coral.

Y luego los enterraron como perdonas no identificadas en el cementerio católico las Mercedes.

“Con todo el procedimiento que lleva hacíamos acta de levantamiento, huellas dactilares cuando ya teníamos toda la documentación y se le entregaba el sepulturero para que fuera enterrado”, aseguró Ochoa.

Ambos pidieron perdón y públicamente reconocieron que le arrebataron la vida a decenas de personas inocentes y traicionaron al país.