Gustavo Petro reveló detalles de su pasado en el M-19: ¿cuál era su alias?
Petro destacó que su vínculo con el M-19 estuvo marcado por una profunda identificación con los ideales de justicia social.
- Así reaccionó el presidente Petro a la decisión sobre Consejo de Ministros
- Esta es la orden del Consejo de Estado a Petro sobre Consejo de Ministros: qué va a pasar

Durante el evento ‘Acordando y haciendo: Avances del Proceso de Paz Territorial en Nariño’, desarrollado en Pasto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, compartió detalles sobre su pasado en el Movimiento 19 de abril (M-19), revelando que su alias en las montañas del Tolima era “Gabriel”, inspirado en el escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Sin embargo, en gran parte del movimiento era conocido como “Aureliano”, un personaje icónico de la novela Cien años de soledad de García Márquez.
¿Qué más dijo Petro?
Petro destacó que su vínculo con el M-19 estuvo marcado por una profunda identificación con los ideales de justicia social y la influencia de figuras históricas como Jorge Eliécer Gaitán. Expresó su orgullo por haber enarbolado la bandera gaitanista en el Tolima, una región clave en su militancia. Además, recordó la vida de Carlos Erazo, quien enfrentó dificultades personales y políticas después de dejar las armas y eventualmente emigró a Noruega.
En su discurso, Petro analizó los orígenes del M-19, que surgió en 1974 como respuesta al fraude electoral del 9 de abril de 1970. El movimiento combinó elementos de las Farc y militantes urbanos y obreros, principalmente vinculados a la Anapo. Petro reflexionó sobre las tensiones internas dentro de la vertiente proveniente de las Farc, que consideró ejecutar a líderes como Jaime Bateman y Carlos Pizarro, quienes luego se convirtieron en figuras clave del M-19.
Petro también utilizó Cien años de soledad como metáfora para describir los ciclos de violencia histórica en Colombia, que comenzaron con los enfrentamientos entre liberales y conservadores. Afirmó que los “cien años de soledad” del país deben llegar a su fin para dar paso a una nueva era de reconciliación y progreso.
En este sentido, se refirió a sí mismo como “el último Aureliano Buendía”, simbolizando la necesidad de cerrar esta etapa y dar inicio a un “año 101” marcado por la alegría y la victoria popular.