¿Quién era la familia asesinada en Norte de Santander? Habrían hablado sobre la muerte
Ellos eran Miguel Ángel y Zulary, la pareja que fue asesinada junto a su bebé en Norte de Santander: su trabajo, familia y más datos. Su hijo de 10 años sobrevivió al ataque.
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El cruel asesinato de una familia en Norte de Santander ha dejado a Colombia consternada y en estado de reflexión sobre la creciente violencia que azota a esta región. Miguel Ángel López, su esposa Zulay Durán Pacheco, y su hijo de tan solo nueve meses, Miguel Herney López Durán, fueron brutalmente asesinados mientras viajaban en un vehículo fúnebre por la vía que conecta Tibú con Cúcuta.
El crimen ocurrió cuando el coche fúnebre fue interceptado por hombres armados que dispararon indiscriminadamente contra los ocupantes. La escena del crimen, con los vidrios del vehículo destrozados y las marcas de violencia, refleja la cruda realidad de una región que ha sido históricamente golpeada por el conflicto armado.
En medio de la tragedia, un milagro se abre paso; el hijo mayor de la pareja, menor de edad, fue el único sobreviviente del ataque. Aunque las autoridades no han revelado muchos detalles sobre cómo logró salir con vida, se sabe que el niño fue encontrado en estado de shock cerca del lugar de los hechos. Actualmente se encuentra bajo el cuidado de familiares cercanos, quienes enfrentan el doble desafío de procesar su propio duelo y apoyar al pequeño en este doloroso proceso.
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¿Qué se sabe sobre la familia?
Miguel Ángel López, conocido por su trabajo como tanatólogo y propietario de la Funeraria San Miguel, era una figura muy respetada en la comunidad de Tibú. Su profesión, aunque rodeada de dolor, le permitió impactar positivamente en las vidas de muchas familias. En entrevistas pasadas, López había compartido sus reflexiones sobre la muerte y el desafío emocional que implica trabajar con los cuerpos de niños fallecidos.
“No tenemos ni edad ni parentesco para la muerte”, había dicho en una ocasión, dejando entrever su profundo respeto por la vida y el dolor ajeno.
La pareja también era conocida por su cercanía con la comunidad. Apenas un año antes, celebraban con alegría la llegada de su hijo en un baby shower lleno de sonrisas y esperanza.
En redes sociales, Miguel Ángel escribió con entusiasmo; “Gracias a mi Dios y a todas las personas que nos acompañaron. Estamos ansiosos de tu llegada, mi príncipe”. Este contraste entre la alegría pasada y la tragedia actual resalta la devastación emocional que ha dejado la situación.
El contexto del asesinato apunta a la compleja situación de violencia en el Catatumbo, una región marcada por la disputa territorial entre grupos armados ilegales y sus intereses económicos, principalmente ligados a los cultivos ilícitos. Las primeras investigaciones señalan al Clan del Golfo como uno de los posibles responsables del ataque, aunque las autoridades aún no han confirmado los motivos específicos de este triple homicidio.
Miguel Ángel López había hablado en vida sobre su visión de la muerte, manifestando su deseo de ser cremado al fallecer.
“No quisiera una preservación ni que me entierren. Quisiera una cremación”, dijo en un documental local, palabras que ahora adquieren un significado profundamente simbólico tras su trágico destino.
El asesinato de esta familia forma parte de una escalada de violencia que afecta al Catatumbo y otras regiones del país; este crimen subraya la urgencia de implementar estrategias para proteger a las comunidades vulnerables. Mientras las investigaciones continúan, la memoria de Miguel Ángel, Zulay y su pequeño hijo permanece como un recordatorio de las vidas truncadas por un conflicto que no parece dar tregua.
