La contaminación por mercurio y plomo amenaza la salud de la cuenca del río Cali

El río Cali es una de las principales fuentes de agua y vida para la ciudad de Cali y sus alrededores. Sin embargo, un reciente estudio de la Procuraduría General de la Nación reveló que el agua del río presenta niveles alarmantes de mercurio y plomo, dos metales pesados que pueden causar graves daños a la salud humana y al medio ambiente.

Según el informe, la concentración de mercurio en el río supera en 230 veces el límite máximo permisible establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que la de plomo lo supera en 15 veces. Estos metales pueden afectar el sistema nervioso, el sistema inmunológico, el sistema reproductivo y el desarrollo cognitivo de las personas, especialmente de los niños y las mujeres embarazadas.

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Las posibles fuentes de contaminación son la minería ilegal, la actividad industrial, el uso de agroquímicos y la disposición inadecuada de residuos sólidos y líquidos en la cuenca. El estudio también encontró presencia de arsénico y cadmio, otros dos metales tóxicos, en los peces del río Cauca, que es el principal afluente del río Cali.

Ante esta situación, la Procuraduría instó a las autoridades ambientales, de salud y de orden público a tomar medidas urgentes para proteger la vida y la salud de los habitantes de la cuenca, así como para recuperar la calidad del agua y los ecosistemas del río. Entre las acciones propuestas se encuentran el control y la sanción de la minería ilegal, el monitoreo y la regulación de las actividades industriales y agrícolas, la implementación de planes de manejo integral de residuos, la promoción de la educación ambiental y la participación ciudadana, y la formulación de proyectos de conservación, restauración y manejo sostenible de la biodiversidad.

El río Cali es un patrimonio natural y cultural de la región, que alberga una gran diversidad de especies, algunas de ellas endémicas y amenazadas. Su preservación es fundamental para garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras, que dependen de sus servicios ecosistémicos. Por eso, es necesario que todos los actores involucrados se comprometan con la protección de este recurso vital, que es fuente de agua y vida.