“La gente le tiene más miedo al hambre que al coronavirus”: alcalde de Soacha
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Lo que se vivió hoy en la localidad de Bosa, en límites con Soacha, municipio que queda al sur de Bogotá, fue un verdadero hervidero humano. Cientos de ciudadanos, como hormigas humanas, recorrían las calles de un lado para otro. En Soacha, el desespero de la gente era evidente,
“El hambre nos trajo. Las abuelitas están encerradas, el hambre nos hace venir. No tenemos qué comer” dijo doña Gloria Arévalo, una mujer que junto a cientos de vecinos se aglomeró en el Parque Principal de Soacha, frente a la Alcaldía, para pedir ayuda, pedir mercados.
“Soy sola, desamparada, no tengo a nadie”, agregó una adulta mayor con evidentes gestos de desespero en su rostro.
El alcalde de Soacha, Juan Carlos Saldarriaga, también desesperado por la situación de su municipio, que tiene más de un millón de habitantes, con 120 mil familias en los estratos 0, 1 y 2 y con presencia de 30 mil venezolanos, lanzó un SOS para que el Gobierno nacional les tienda la mano a los más vulnerables.
“Tengo una mayor preocupación, que se puedan morir más personas por hambre, que por el propio coronavirus. La gente le tiene más miedo al hambre que a la propia enfermedad”, sentenció el alcalde municipal.
En medio del nerviosismo ciudadano, un grupo de personas intentó saquear una sucursal de un almacén de cadena pero la pronta reacción de la policía evitó que el incidente pasara a mayores y permitió la captura de cinco ciudadanos venezolanos.
En Soacha, piquetes de la Policía, carabineros y el Esmad, custodiaban las largas filas que hubo en sucursales de entidades financieras y de giros y remesas.
Y en Bosa, un poco más al norte, ya en Bogotá, el desespero ciudadano era por salir de la capital hacia municipios vecinos. Cada persona tenía su propio drama, su propio motivo para llorar.
“Mi hijo tiene dos años, lo operaron del corazón. Vine a Bogotá a sacarle una cita porque le van a poner un marcapasos y ahora no puedo salir. Nosotros los pobres no estamos de paseo mientras a los ricos sí los dejan entrar”, reclamó en tono alto Mónica Sánchez, una joven madre, que vive en Girardot.
Este martes, la autoridad fue desbordada ante la cantidad de gente que salió de sus casas.