La Fiscalía aún no empieza la investigación por el crimen de Jaime Garzón

Sólo en 2002, cuando fueron analizadas las llamadas que los ciudadanos hicieron con motivo del asesinato de Jaime Garzón, se supo que una motocicleta que tenía cubierta su placa con un trapo rojo, habría salido de la zona del atentado hacia la sede de la Brigada XIII… Pero la embajada de Estados Unidos tenía esa información desde 1999

Como el atentado ocurrió tan cerca de la embajada y hacia esa dirección huyó el asesino, a la embajada se le pidió aportar los videos de sus cámaras y siempre negó que existieran… Pero el embajador de entonces tenía información que sólo tenían los testigos oculares.

Doce años después de que fuera asesinado el humorista y periodista Jaime Garzón, la Fiscalía aún no comienza a investigar las hipótesis de su asesinato, ni la conducta de los funcionarios del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, que fabricaron testimonio falsos para convertir a un sicario de Medellín en chivo expiatorio y evitar la búsqueda de los responsables.

Este cable, enviado por el entonces embajador Curtis Kamman a Washington, daba cuenta un mes después del crimen, de las hipótesis que diez años después ratificarían los paramilitares en procesos de justicia y paz.

 “Garzón fue asesinado por paramilitares orientados por militares retirados y activos fuera de control, que convencieron a los paramilitares de que Garzón había cruzado la línea y se había lucrado con sus esfuerzos por conseguir la paz con las guerrillas”.

El cable menciona a dos militares: al entonces comandante del Ejército, general Jorge Enrique Mora Rangel, quien según el cable habría montado una campaña de desprestigio contra Garzón, y el general Rito Alejo del Río, comandante de la XIII Brigada, quien aseguraba que Garzón estaba siendo utilizado por la guerrilla…

El cable, no obstante menciona un hecho que, aunque presente en el expediente, no era de conocimiento público.

El hecho es curioso precisamente porque la embajada de Courtis Kamman siempre negó que sus cámaras hubieran registrado algún video del asesinato, a menos de 300 metros de la sede diplomática, o del asesino que, según varias de las llamadas a la policía recibida hace 12 años, se refugió en el comando de la XIII Brigada del Ejército.