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La Fazenda le compró las tierras a familiares de Carranza

Aunque a los indígenas sikuani prometieron escriturarles el territorio en el que cazaban en San Martín, Meta, ellos vieron instalarse allí a una agro industria a la que allí acusan de contaminar sus acuíferos y en Bogotá de hechos más graves.

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La Fazenda le compró las tierras a familiares de Carranza


Aunque a los indígenas sikuani prometieron escriturarles el territorio en el que cazaban en San Martín, Meta, ellos vieron instalarse allí a una agro industria a la que allí acusan de contaminar sus acuíferos y en Bogotá de hechos más graves. La industria que se instaló allí se llama La Fazenda y, aunque nadie podría tener más de mil hectáreas en la zona, ésta logró acumular 27 mil.

La Fazenda, es una empresa del grupo Aliar, que cría cerdos y procesa carnes, en Puerto Gaitán-Meta. En 2008, se anunció su inauguración por el propio presidente de la época felicitando al empresario Jaime Liévano Camargo.

“Esto es un sueño. Hace muchos años hablábamos con el doctor Liévano y le escuchábamos este proyecto y lo ansiábamos, porque esto es una revolución total para el país”, dijo Uribe.

Lo que no se sabía era cómo había hecho el doctor Liévano, junto con el grupo ALIAR, para concentrar más de 27 mil hectáreas, conocidas como El Brasil si en Puerto Gaitán lo permitido es 920 hectáreas. La estrategia comenzó casi 10 años antes de la inauguración de La Fazenda.

En 1995 y el mismo día, el Estado le adjudicó más de 13 mil hectáreas a 13 personas que posteriormente serían socios de Inversiones Agualinda, cuyo gerente suplente es la esposa del fallecido esmeraldero Víctor Carranza. Uno de esos socios, también familiar de Carranza, poco tiempo después, compró 1000 hectáreas, que habían sido baldíos.

Para abril en 2007 y bajo estrategias similares ya habían comprado dos terrenos más. En ese mismo mes y año las compras y adjudicaciones fueron englobadas y dieron origen al terreno que hoy comprende más de 27 mil hectáreas, llamadas El Brasil.

Pocos días después, los familiares de Carranza negociaron los terrenos con la agropecuaria Aliar. Una de las escrituras da cuenta de que los empresarios sabían que estaban haciéndole el quite a la concentración indebida de tierras: “Conocen y aceptan las limitaciones que en materia de legislación que pesan sobre el inmueble (…) En desarrollo de las anteriores consideraciones, les han convenido en celebrar un contrato de Fiducia Mercantil”.

Hoy la granja porcina limita con los territorios del resguardo Wacoyo. Los Sikuani aseguran que de su tierra prometida ahora vienen las enfermedades.

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