Fricción diplomática: tema Tren de Aragua divide a Venezuela y países vecinos
Las declaraciones del Gobierno de Venezuela sobre la existencia del Tren de Aragua ha generado preocupación en toda la región, especialmente en países como Perú y Chile, que han tomado medidas concretas para enfrentar esta amenaza.
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En medio de tensiones políticas y diplomáticas, el supuesto vínculo de Venezuela con la organización criminal conocida como el Tren de Aragua ha desencadenado un debate acalorado. Las autoridades venezolanas, lideradas por el ministro de Relaciones Exteriores, Yvan Gil, han negado vehementemente la existencia de esta banda delictiva, calificándola como una invención mediática internacional.
La disputa se intensificó recientemente durante una reunión entre Gil y su homólogo colombiano, Luis Gilberto Murillo, en la ciudad fronteriza de Cúcuta. Gil reiteró que el Tren de Aragua es una ficción fabricada por los medios internacionales, comparándola con la ya desacreditada etiqueta del “Cartel de los Soles”.
Sin embargo, a pesar de las negaciones oficiales, el Tren de Aragua ha sido señalado como una de las estructuras criminales más poderosas en Venezuela, extendiéndose más allá de sus fronteras hacia países como Colombia, Perú, Bolivia y Chile. Las acusaciones contra esta banda van desde narcotráfico hasta secuestros y homicidios.
La polémica ha generado preocupación en toda la región, especialmente en países como Perú y Chile, que han tomado medidas concretas para enfrentar esta amenaza. Perú ha establecido un Grupo Especial contra el Crimen Organizado para desarticular las redes periféricas del Tren de Aragua, mientras que Chile ha expresado su indignación ante las negaciones venezolanas.
La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, calificó la negación de la existencia del Tren de Aragua como un “insulto” al pueblo de Chile y a los pueblos de Latinoamérica. El ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alberto van Klaveren, instó a Venezuela a reconocer los impactos del crimen transnacional organizado en la región y a tomar medidas concretas al respecto.
En respuesta, el canciller venezolano Yvan Gil reafirmó la posición de su país, argumentando que las etiquetas de bandas criminales son una táctica para desprestigiar a Venezuela y su Gobierno. Sin embargo, instó a Chile a desechar las narrativas impuestas por los medios y a abordar el combate al crimen de manera profesional.