Violencia en Ecuador, ¿quiénes son los ‘Choneros’, ‘Lobos’ y ‘Tiguerones’?
Ecuador se ha convertido en un punto estratégico para la distribución de la producción colombiana de drogas hacia carteles mexicanos y mafias de Europa.
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En Ecuador, una escalada de violencia ha llevado al Gobierno a declarar a grupos como ‘Los Choneros’, ‘Los Lobos’, y ‘Los Tiguerones’ como organizaciones terroristas. Esta decisión se basa en su participación en el narcotráfico y otras actividades ilícitas, revelando una historia marcada por hegemonías, traiciones y rivalidades.
El número de estas bandas ha proliferado en los últimos años, coincidiendo con el papel clave de Ecuador en el tráfico mundial de cocaína. La nación sudamericana se ha convertido en un punto estratégico para la distribución de la producción colombiana de drogas hacia carteles mexicanos y mafias de Europa del Este.
La banda más antigua y numerosa, ‘Los Choneros’, surgió en 1998 en la ciudad de Manta, inicialmente dedicada al microtráfico. La guerra desatada con ‘Los Queseros’, su banda rival, resultó en la exterminación de esta última. A lo largo de los años, ‘Los Choneros’ consolidaron su hegemonía, controlando la ruta del tráfico de drogas en la provincia de Manabí y diversificando sus actividades delictivas.
La muerte de ‘Rasquiña’, líder de ‘Los Choneros’, en 2020, desencadenó una violenta guerra entre las bandas por el control del crimen organizado en Ecuador. Con más de 450 presos asesinados en cárceles ecuatorianas y matanzas en las calles, la situación se tornó crítica.
‘Los Lobos’ emergieron como actores prominentes, desafiando la hegemonía de ‘Los Choneros’. Mientras ‘Los Choneros’ buscaron financiación en Leandro Norero, presunto narcotraficante y lavador de dinero asesinado en 2022, la operación anticorrupción ‘Metástasis’ reveló infiltraciones en instituciones estatales por parte de ‘Los Tiguerones’.
Actualmente, ‘Los Lobos’ ganan peso en el panorama delictivo ecuatoriano, estableciendo conexiones con carteles mexicanos y la mafia balcánica. Utilizando el litoral ecuatoriano como plataforma de lanzamiento de cocaína y contaminando contenedores de exportación, estas bandas han aprovechado el crecimiento de sectores primarios como el banano y el camarón.
El aumento de su poder ha convertido a las cárceles en sus cuarteles generales, llevando al presidente Daniel Noboa a declararles la “guerra interna” y considerarlos grupos terroristas para frenar su influencia.