Primer día de visita del Papa Francisco a México
Las calles de México Ciudad se paralizaron para darle paso al líder de los católicos en el país que tiene más feligreses después de Brasil. En el palacio de gobierno Francisco habló de corrupción y narcotráfico.
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En su visita a México el papa Francisco recorrerá la capital, Chiapas, Michoacán y Chihuahua. Estas zonas del país no fueron escogidas a la zar: son las que más han sufrido la violencia, el narcotráfico, la pobreza, la trata de mujeres, y la discriminación a indígenas entre otros problemas.
Como ya es costumbre el sumo pontífice rompió una vez más el protocolo. Cuando salía de la Nunciatura a visitar el Palacio Nacional, en donde lo esperaba el presidente Peña Nieto, antes de abordar su papamóvil se acercó a darles la bendición a unas enfermas que estaban en primera fila.
El discurso del jerarca fue crítico con todas las instituciones del poder mexicano y frente a más de 1.000 invitados.
“La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”, dijo el Papa.
El presidente Enrique Peña Nieto, sonreía diplomático mientras el papa continuaba con su discurso y solo atinó a decir que veía en el pontífice a un líder cuando le correspondió su turno.
“Reconocemos en usted al líder sensible y visionario que está acercando a una institución milenaria a las nuevas generaciones, reconocemos al papa transformador que está llevando a la iglesia católica al encuentro con la gente2 aseveró el presidente mexicano.
Después de recibir honores en Palacio, se dirigió a la Catedral Metropolitana en donde lo esperaban todos los obispos. Allí también hubo jalón de orejas e invitó a acoger a quienes toquen la puerta de la iglesia.
Su día culminó con una multitudinaria misa en la Basílica de Guadalupe. El papa estará en suelo mexicano hasta el 17 febrero y su recorrido en el papamóvil será de unos 300 kilómetros llevando su mensaje a los más de 96 millones de católicos que hay en el país.