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Papa pide a menores de una cárcel en Panamá que peleen por su reinserción

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El papa Francisco acudió a la cárcel de menores de Pacora, en Panamá, y a los jóvenes reclusos les instó a que no se dejen pegar “rótulos” para toda la vida y que peleen para “buscar los caminos de inserción y transformación”.

El sumo pontífice quiso llevar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el evento para el que ha viajado hasta Panamá, a aquellos jóvenes que no han podido celebrarlo y volver así a pronunciar su mensaje de esperanza para los reclusos, algo que hace desde el inicio de su pontificado.

A los 120 menores presentes, el papa les arropó con sus palabras y les dijo que “parte de la familia” y que tenían “mucho para compartir” y les pidió ayuda para “saber cuál es la mejor manera para estar y acompañar el proceso de transformación que, como familia, todos necesitamos”.

“Ustedes, chicos, los responsables de la custodia y las autoridades del Centro y del Ministerio, y sus familias, así como los agentes de Pastoral. Todos, peleen y peleen para encontrar y buscar los caminos de inserción y transformación”, clamó Francisco.

“Pero no peleen entre ustedes”, bromeó.

En la pequeña capilla del centro, decorada con los símbolos de la JMJ que han pintado los mismos jóvenes, se celebró una liturgia penitencial y doce de estos chicos fueron confesados, tres de ellos por Francisco, en los confesionarios que ellos mismos han realizado en los talleres del centro.

Al comentar el evangelio que acababan de leer, el papa les aseguró que “Jesús no tiene miedo de acercarse a aquellos que, por un sinfín de razones, cargaban sobre sus espaldas con el odio social”.

Criticó a aquellos que ponen rótulos y etiquetas a las personas y que “congelan y estigmatizan no solo el pasado sino también el presente y el futuro de las personas”.

“Rótulos que, en definitiva, lo único que logran es dividir: acá están los buenos y allá están los malos; acá los justos y allá los pecadores”, y que, lamentó, “levanta un muro invisible que hace creer que marginando, separando o aislando se resolverán mágicamente todos los problemas”.

“El chismoso no sabe hacer fiesta porque tiene el corazón amargado”, agregó Francisco.

Ante ello, el sumo pontífice indicó a los chicos y chicas recluidos que “cada uno de nosotros es mucho más que sus rótulos” y les dijo que Jesús “con su mirada nos desafía a pedir y buscar ayuda para transitar los caminos de la superación”.

“Todos tenemos un horizonte. Abre la ventana y lo vas a encontrar”, les animó.

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