Financiación de proyectos de impacto en América Latina
En un contexto donde la financiación de proyectos de impacto en América Latina se ha convertido en un desafío crítico, se revela que la verdadera barrera no es la falta de recursos financieros, sino la falta de mecanismos eficaces que los canalicen hacia proyectos de impacto. Según datos recopilados por Innpactia, entre 2022 y 2023, se identificaron 456 inversores que ofrecieron invertir 4.900 millones de dólares en la región. Sin embargo, de cada dólar, solo 39 centavos llegan efectivamente a los proyectos de impacto.
Uno de los principales problemas identificados es la falta de conocimiento y capacidad por parte de los emprendedores para desarrollar sus proyectos y que estos puedan atraer financiamiento y, en particular, recursos de cooperación internacional. Muchos de ellos se limitan a solicitar fondos al gobierno, sin saber cómo acceder a otras fuentes de financiación. Esto se traduce a la falta de conocimiento: educación.
“En Innpactia sabemos que el pilar de los buenos proyectos es la educación, por eso gracias a nuestra amplia red de contactos y conexiones, estamos comprometidos a llegar a zonas remotas, para que estos emprendedores con ideas increíbles que realmente generen impacto puedan desarrollar sus proyectos y tengan acceso a financiamiento. Nuestro trabajo es fortalecer a los emprendedores, enseñándoles a desarrollar proyectos sólidos que atraigan inversores”, afirma Juan Carlos Lozano, Director y Fundador en Innpactia, el ecosistema de inversiones competitivas con propósito.
Adicional a lo anterior, el segundo gran obstáculo para el impacto en la región es la falta de vehículos de financiamiento que involucren vehículos mixtos, diferentes tipos de inversiones, así como la necesidad de una mirada más innovadora por parte de los organismos internacionales. Para lograr un avance significativo en la inversión de impacto, es fundamental transformar la cultura y el sistema actual, promoviendo una mayor colaboración entre múltiples actores.
Los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) para 2030 son fundamentales en este contexto. De acuerdo a el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (GNUDS), al nivel actual de inversión pública y privada en los sectores relacionados con los ODS, los países en desarrollo enfrentan un déficit de financiamiento anual promedio de USD 2.5 billones, lo que significa que no están avanzando a la velocidad ni a la escala necesarias para alcanzar la agenda 2030. El dinero se está diluyendo en gastos operativos y asesoría, pero no se está canalizando ágilmente hacia proyectos de impacto.
“Hemos evaluado que los costos de coordinación entre actores, transacción e implementación del proyecto pueden representar hasta el 50 % de los recursos disponibles para impacto social en América Latina. Por ello, las nuevas plataformas, herramientas e instrumentos colectivos están siendo elogiados como una tendencia emergente trasladando la inversión de impacto a la corriente principal, encontrando entre sus principales ventajas: la reducción de costos de transacción, mejoría en la gestión del conocimiento, garantía de Coordinación entre donantes, y una experiencia más amable y mucho más sencilla para organizaciones sociales y emprendedores”, puntualiza Juan Carlos Lozano, Director y Fundador en Innpactia.
Carlos Lozano, Director y Fundador en Innpactia.
La región, y puntualmente Colombia, ha desarrollado un gran avance frente a generar impacto. Sin embargo, se deben seguir replanteando más soluciones de vehículos mixtos de financiamiento que permitan a múltiples actores unir fuerzas, y llegar a zonas remotas con educación, siendo estos dos frentes las respuestas para superar los obstáculos identificados y fomentar la inversión de impacto en la región.
