El tren de la muerte

También de punta a punta va el tren de la Drummond, llevando el carbón desde la mina hasta Santa Marta; y, en su camino, muchos colombianos han muerto atropellados.

Se trata de esta locomotora que transporta el mineral de tres empresas: Drummond, Prodeco y, en un ínfimo porcentaje, Carboandes, empresa colombiana.

La ruta opera desde Chiriguaná hasta Santa Marta y, aunque las comparaciones son odiosas, es la vía férrea nacional que más víctimas mortales ha dejado a su paso.

Luís Eduardo Huertas, un empresario turístico es una de las víctimas de este tren, registradas en diciembre de 2011. El abogado de la familia Huertas intentó conciliar con Fenoco y Prodeco.

“Fueron amables y contundentes al decir que las políticas de la empresa no son conciliar”, contó el abogado.

Ni los alambres de púa ni los letreros ni esta escuálida garita ni, mucho menos, el vigilante existían en ese momento.

Esta es la respuesta de la Agencia Nacional de la Infraestructura, que regula a Fenoco, sobre la falta de señalización.

“No podríamos encontrar a un peatón circulando por un puente de vocación férrea”, aseguró Dina Rafaela Sierra, gerente de proyectos férreos ANI.

Fenoco tiene su propia explicación: “Desde el inicio de la concesión, Fenoco ha operado y administrado la vía férrea dentro de los más altos estándares de seguridad”.

¿Y si se trata de niños que no han leído el código de tránsito? Esta vía férrea de Fenoco tiene 245 kilómetros de extensión. Es decir, en toda esa extensión hay escasamente tres pasos a nivel legales. Es decir, Autorizados por la autoridad competente.

Desde 2006 hasta 2009, 43 personas murieron en esta vía férrea. Sin contar los accidentes de otros vehículos y de los mismos trenes. La segunda mitad del 2012 murió otra persona y tres se salvaron de ser arrolladas.