El costo humano de la erradicación manual de hoja de coca
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Acabar con las más de 200.000 hectáreas de hoja de coca sembrada en el país, es el objetivo de la Fuerza Púbica, la meta para este año son 90.000 y la prioridad es Nariño.
El general Jorge Luis Ramírez indicó que “nosotros estamos con la operación ‘Resplandor’ y la idea es atacar los laboratorios y las 46.000 hectáreas en este departamento”.
Y es que de esas 46.000 hectáreas en Nariño, casi que la mitad están sembradas en zona rural de Tumaco.
Diariamente, escuadras de entre 30 y 100 personas son trasladadas a las zonas de cultivo para acabar con lo que muchos llaman la hoja maldita. En medio de los cultivos, rudimentarias viviendas habitadas por menores de edad, se hace el primer proceso.
Los residuos de la hoja macerada, llamados escofia o gangazo, son vertidos a los cuerpos de agua, así como los residuos de químicos como el ácido sulfúrico, el permanganato de potasio que se usan para la obtención de la cocaína en sus laboratorios, químicos que ya no compran sino que fabrican en la selva.
“Dentro del desarrollo de la operación hemos encontrado laboratorios de permanganato, dos de ácido sulfúrico y uno de ácido clorhídrico”, añadió el general.
La única manera de detener la producción de cocaína es quitándoles a las mafias el insumo básico que es la hoja de coca. Su erradicación se realiza de dos formas, una con la aspersión terrestre de glifosato y con el retiro manual del arbusto.
En promedio, son 9.000 plantas por hectáreas, las que estos hombres deben erradicar una a una, un proceso que además de lento es de altísimo riesgo.
Resultado de todo esto, este año dos policías y un civil han muerto en las trampas explosivas, tres patrulleros han perdido sus piernas y 20 civiles han resultado heridos.