Experimento social evidencia indiferencia frente a niños perdidos en Bogotá
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Un experimento social realizado en Bogotá dejó en evidencia la indiferencia de los ciudadanos a la hora de ver un niño deambulando solo por las principales calles de la capital.
El Concejal Yerfer Vega instaló cuatro cámaras durante varias horas en el norte, centro y sur de Bogotá, y niños de 3, 5 y 6 años sirvieron como actores para el experimento. En cada punto de estudio transitaron más de cinco mil personas y solo tres reaccionaron al ver los niños sin ningún tipo de acompañamiento de un adulto.
“Es triste ver que la indiferencia de las personas haga parte de la vida diaria de una ciudad donde las personas jamás se percatan de la presencia de un niño solo y en condiciones de vulnerabilidad y, que un niño caminando entre la multitud es invisible”, aseguró el concejal.
En la calle 72, norte de Bogotá, solo dos mujeres reaccionaron al ver a una menor de cinco años caminar desorientada por las calles, las dos personas se acercaron a la menor y decidieron preguntarle por qué razón estaba sola, pero ninguna acudió a las autoridades o una entidad para brindar apoyo a la niña.
“El ejercicio dejó en evidencia distintas situaciones cero positivas las cuales nos convencen de que la indiferencia es ese perfecto cómplice que tiene un psicópata abusador o asesino de niños para actuar. Y sí, tenemos un grado de responsabilidad y cuando ocurre el hecho de culpabilidad como ciudadanos porque no nos percatamos de lo que nos rodea, estamos más pendientes del celular que de las personas en el entorno y, simplemente, caminamos distraídos como zombies por la ciudad sin preocuparnos por el otro”, puntualizó el concejal Yefer Vega.
El ejercicio también se realizó en Chapinero, en la plazoleta de Lourdes. Allí ningún ciudadano se percató de la presencia del menor que caminaba solo por la plaza, lo mismo ocurrió en la Plaza de las Américas, en el sur de Bogotá.
El cuarto punto del experimento fue el centro de la capital. Aunque la menor camino durante horas, solo un ciudadano se percató de su presencia, es decir que durante más de 16 horas, solo tres personas se dieron cuenta de la presencia de un menor de edad solo en las calles.
“Esta situación debe ponernos a reflexionar sobre la culpa, el descuido, el grado de responsabilidad que tenemos al no darle a los niños el valor que se merecen. Nos convertimos en autores y responsables de vidas que se pierden porque somos indiferentes”, dijo el concejal.
Según cifras entregadas por Medicina Legal, en 2018 en promedio se perdieron tres menores de edad en Bogotá, es decir 1.232 niños, las mismas cifras evidencian que en Colombia de cada cinco desaparecidos uno es un niño o adolescente. En el 99.5 por ciento de los casos no se tiene pista o información del menor.