Según la necropsia entregada por Medicina Legal a la Fiscalía General de la Nación, Ordóñez murió a causa de “golpes contundentes”, es decir, fue un homicidio.
Dicho informe de necropsia detalla laceraciones, cortes en la piel y tejidos blandos en el cuerpo del estudiante de derecho.
Así como traumatismos y hematomas en la cara, hombros, pecho, abdomen, antebrazos, manos, codo derecho, rodilla derecha, pierna y rodilla izquierda, entre otros.
La muerte de Javier Ordóñez, de 46 años de edad, padre de dos hijos y esposo, generó una ola de protestas en el país en rechazo al uso excesivo de la fuerza pública.
En dichas protestas 10 personas perdieron la vida, siete de ellas en Bogotá y las otras tres en el municipio de Soacha, Cundinamarca.