Bandas criminales causaron terror, pérdidas económicas y un saldo criminal de víctimas

Para el senador Iván Cepeda Castro, investigador del fenómeno paramilitar en el norte del país y autor de varios libros sobre el tema, no es fortuito que el eje del paro armado que organizaron los Úsuga y los Urabeños, haya sido en el norte de Antioquia y en Córdoba, en donde tienen fuerza los grupos que fundó el clan Castaño.

En su libro ‘A las puertas de El Ubérrimo’ (Ediciones B, 2008) se contextualiza la creación y expansión de autodefensas en Córdoba y su relación con los políticos y terratenientes de ese departamento que se quedaron con las tierras que les arrebataron a los campesinos, por cuenta de la barbarie paramilitar, los mismos que ayer aterrorizaron el noroccidente del país, advirtiéndoles que si salían podrían ser asesinados.

Por eso, el senador cree que no son hechos aislados el paro armado de ayer y la marcha del Centro Democrático de hoy. Pues las dos fuerzas, una desde la ilegalidad y la otra desde la legalidad, defienden causas similares.

Para Cepeda y otros analistas, estas movilizaciones, aunque tengan diversos discursos, buscan en realidad quitarle apoyo popular a la paz.