Autoridades recorrieron el río Bogotá
De la inspección que hizo una magistrada al cauce del río Bogotá resultó que éste es recuperable, pero también que las vacas que pastan en sus orillas podrían matar a sus comensales.
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La magistrada del Tribunal de Cundinamarca Nelly Yolanda Villamizar navegó el río Bogotá para verificar si el Gobierno Nacional, el Distrito Capital y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, están cumpliendo las órdenes de la sentencia que profirió hace doce años para proteger las aguas.
“El río ha perdido las caídas que le ayudan a purificar y a oxigenar el agua”, indicó Villamizar.
La togada manifestó su preocupación porque cuando realizó el recorrió se encontró con cientos de semovientes que están invadiendo la ronda del río y están bebiendo el agua contaminada del mismo.
“El tema de la recuperación de las zonas de ronda que han sido invadidas y una de las estrategias que se están estudiando pues si los bogotanos pueden llegar a disfrutar este río”, agregó la Magistrada.
La magistrada reconoció que la CAR mejoró la ornamentación del río pero agregó que al Gobierno Nacional le falta voluntad política para cumplir con las obligaciones que confirmó el Consejo de Estado para descontaminar el río Bogotá.
“El Gobierno Nacional ha hecho gestiones en el tema de apoyar, de avalar el tema de la construcción de la Petar Canoas”, dijo Villamizar.
El director de la CAR, Néstor Franco expuso que se han invertido 180 mil millones de pesos que le han cambiado la cara a la cuenta media del río Bogotá.
“Una cuenta media de 58 kilómetros ya intervenida donde logramos transformar el río que tenía un cauce de 30 metros, lo pasamos a 60 metros, de tal forma que el río puede tener una capacidad importante de 200 metros cúbicos de agua por segundo”, puntualiazó Franco.
El pasado 4 de septiembre, Noticias Uno advirtió sobre la presencia de 1500 vacas en el río Bogotá que están tomándose el agua contaminada. Los ganaderos continúan sacando sus semovientes en la ronda del río, pero la CAR no ha podido erradicar la ganadería en la ribera que trae consecuencias sobre la salud de los consumidores de carne y leche.