En diciembre pasado los médicos le dijeron a Óscar Figueroa que no podría seguir levantando pesas, pero luego de pasar por las manos de un cirujano, volvió al gimnasio, clasificó, fue a Río y consiguió la medalla de oro. Sin pasar por el quirófano le dio al campeón las dos oportunidades que él no desperdició para conseguir medallas olímpicas.